Pequeño observatorio

Los reyes, los álfiles y los peones

Muchos ciudadanos chinos han llegado a Barcelona para ganarse la vida de forma modesta. Como peones de un ajedrez humano en el que los reyes están lejos

Comercios chinos en la calle Trafalgar de Barcelona.

Comercios chinos en la calle Trafalgar de Barcelona. / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Paseando por las páginas de un periódico –es lo que suelo hacer a la hora de desayuno– llega el momento de leer por orden. Y así encuentro un titular con letras muy visibles. Dice: «El chino HNA, primer socio del Deutsche Bank». HNA es un inversor asiático que ya tiene, prácticamente, el 10% del capital de la entidad financiera alemana.

Iba a decir «es extraordinario» pero me equivocaría. Este hecho, o algo parecido, ya resulta habitual. Esta entidad –o solo se trata de un multimillonario, excúsenme la ignorancia– ya participa en los capitales de hoteles, en aerolíneas e importantes negocios diversos. Dirigida por un multimillonario, sea él, sea otro, yo ya me pierdo, el hecho es que HNA está en plena inmersión en una ola de compras.

No sé si participa en algún gran negocio en Barcelona, pero a una escala muy pequeña, caminando por mi barrio, me doy cuenta de que ha ido aumentando la presencia de ciudadanos asiáticos en la calle. Personas que se dedican a trabajar, pero sobre todo a vender. O a intentarlo.

A lado de casa hay tres locales en planta baja que se hacen la competencia exhibiendo verduras y alimentos envasados. Me van a perdonar, pero no se les ve muy preocupados por no vender. Algunos permanecen en la puerta, indiferentes a los ciudadanos que van pasando, y parece que solo estén de guardia.

Sospecho que el negocio no lo hacen ellos, sino personajes lejanos que son expertos en el arte de colocación de capitales. Yo estuve, hace muchos años, en una población asiática, tal vez Penang. Veo todavía aquella calle de casas en las que muchas familias, niños incluidos, tejían ropa alrededor de la mesa del comedor. Ahora esa gente de Oriente ha llegado a Barcelona para ganarse la vida de forma modesta. Como peones de un ajedrez humano.

Los reyes están lejos, haciendo avanzar los poderosos álfiles de la economía.