PEQUEÑO OBSERVATORIO

Los latidos vitales del jazz

El swing no se puede fijar por escrito y varía según los intérpretes por la libertad rítmica

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JOSEP MARIA ESPINÀS

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Me da la impresión de que hoy no se habla mucho del jazz. O quizá es que no busco los lugares donde se conserva. De todos modos, me atrevo a decir que el jazz no está de moda, como cuando yo era joven. Siempre eran minoría, lo acepto, pero las sesiones de jazz formaban parte de las atracciones nocturnas de Barcelona.

Yo asistí, durante mi juventud, a algunas sesiones. Y cuando fui a Nueva Orleans dediqué una noche a escuchar las interpretaciones jazzísticas que hacían unos negros. Era un modesto anfiteatro, quizá anexo a un café. Yo iba solo, pero el jazz es un ritmo que hermana. También asistí a una sesión del Hot Club de Barcelona, formado por unos entusiastas del jazz, poco antes de la guerra civil. En la posguerra, era una modesta expansión de libertad.

Y, sobre todo, recuerdo una actuación de Louis Armstrong, con esa voz ronca que era capaz de sacar los más poderosos y diversos efectos vocales. Después escuché a otros cantantes –Benny Goodman, Charlie Parker...– quizá más depurados pero, para mí, quizá demasiado impecables.

No creo que hoy se hable del swing. Me sorprende encontrar esta palabra en la Gran Enciclòpedia Catalana. Muy bien. «Calidad rítmica (balanceo) propia de la música de jazz, que consiste en un desplazamiento de acentos...». El swing no puede ser fijado por escrito y varía según los intérpretes. Si no me equivoco, a esta libertad rítmica se la podría llamar creatividad.

No ha habido dos cantantes ni dos bailarines que canten o se muevan de la misma manera. El swing no está escrito en ninguna partitura. Hay quien se mece un poco en una palabra, hay quien la acentúa y quien la dice como un suspiro. Gene Kelly cantaba en una película: «Canto bajo la lluvia, danzo bajo la lluvia...». Se movía con absoluta libertad, pero la voz y los pasos se coordinaban para construir una unidad expresiva.

Es la profunda seducción de la armonía, nacida de la libertad.

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