Libros, ideas y Procés

Ferran Requejo debe de ser procesista. En 'El tren de les 14:17' se queja de lo poco que se le escucha en este presente donde la CUP impone el antiprocesismo, es decir el todo o nada en la supuesta última carta independentista del referéndum exprés. Las ideas fuerza del politólogo que abrazó la causa de la secesión a partir de la frustrante experiencia del Estatut son: la lentitud, la corrección y la pertenencia de las decisiones en busca de una mayoría que no aparece, o como dice Enric Hernàndez, director de este periódico, todavía no ha llegado.

No se sabe de ningún unionista capaz de producir un libro con la pobre tesis explicativa del doble adoctrinamiento, escolar y televisivo. Mucho más que el sistema escolar catalán, el comunicativo parece imprescindible... a pesar de que, modo contrario, no se entiende, por ejemplo, el vuelco del electorado valenciano, que se ha producido a la contra de un monopolio de los medios que debería de haber asegurado el dominio perpetuo de los populares.

El especialista en circuitos cerebrales y psicología grupal Adolf Tobeña dedica gran parte de su volumen 'La pasión secesionista' a negar con autoridad y contundencia el argumento de la locura catalana. No hay locura sino enamoramiento colectivo, justo lo contrario del autoodio, con un propósito que se perfila como ganador.

Ya puestos, no estaría mal repasar el capítulo V de 'El príncipe' de Maquiavelo. En una sola página predice con toda exactitud lo que ha sucedido en Catalunya, así en los últimos siglos como en el presente, por carencia de aplicación por parte española de alguna de sus tres infalibles recetas.

Aun así, el artefacto interpretativo más poderoso para explicar tanto el fenómeno catalán como los de Podemos, 5 Stelle, Brexit o Trump lo aporta Fèlix Riera en su primer ensayo, 'Just abans del salt endavant'. Se trata de la exploración de los límites. Exactamente esto hacen y eso hacemos, explorar los límites, ir más allá, a ver si todo explota o mejoramos un poquitín.