Ideas

La gata del Káiser

RAMÓN DE ESPAÑA

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Los diseñadores Dolce y Gabbana se llevaron no hace mucho una bronca mundial por decir que no veían bien la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, pese a pertenecer ambos al colectivo gay. «En esta vida no se puede tener todo», dijeron. «Como homosexuales, no podemos engendrar hijos de la manera tradicional y nos aguantamos». Evidentemente, como en esta vida sí se puede tener todo, la progresía reaccionó airadamente ante las razonables obviedades emitidas por los modistos, Elton John protagonizó una de sus míticas pataletas al sentirse ofendido en su condición de padre de dos bebés procedentes de vientres femeninos de alquiler y, de un día para otro, los exquisitos amigos de Madonna y demás celebrities se convirtieron en trogloditas aguafiestas cargados de auto odio.

Curiosamente, nadie tiene nada que decir de la absurda relación que mantiene Karl Lagerfeld con su gata, que responde al ridículo nombre de Choupette. El Káiser se declara enamorado del bicho, con el que dice que se casaría si esta sociedad intolerante se lo permitiera. No ha dicho nada de formar una familia con Choupette recurriendo a un gato de alquiler, pero no me extrañaría que algún día se le ocurriera. O igual la gata no quiere arruinar su figura con el embarazo, ya que se gana muy bien la vida posando para Vogue: según su novio humano, Choupette se sacó tres millones de dólares el año pasado, pues cobra casi lo mismo que Cara Delevingne.

Es posible que Lagerfeld empiece a chochear, pero creo que su frivolidad y estupidez resultan ofensivas. No hace falta hacer demagogia con el hambre en el mundo o la amenaza yihadista para cargarse de razones: lo del tío de las camisas a lo Mortadelo y su minino es de juzgado de guardia. Si yo fuese Hannibal Lecter, me colaría en el domicilio del Káiser y, tras atarlo a una silla, le serviría para cenar a Choupette a la provenzal. Además de proporcionarle un nuevo sentido a la frase «dar gato por liebre», le transmitiría sutilmente al modisto alemán el mensaje de que en este mundo, tonterías, las justas.