tú y yo somos tres

'Kermesse' caníbal

FERRAN MONEGAL

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Están de fiesta. Llevan toda la semana celebrando sus primeros cinco años de programa. La cadena se ha volcado. Están exultantes. Hombre, tú diras. Sálvame es el invento más rentable de la historia de Tele 5. No se puede explicar este programa sin hablar de su predecesor, ¡Aquí hay tomate! Aquel Tomate basaba su estrategia en una cafre evolución  de lo que practicó mucho antes el negro pelícano del Misisipí. Consistía en enchufar un ventilador e ir esparciendo porquería sobre personajes populares y famosos. Y claro, las demandas les llovían. Millones de euros llevaba perdidos Mediaset en aquellos litigios. Hasta que un día el gran mariscal de campo Paolo Vasile, y sus generales de brigada Villanueva y Baltanás, cansados de perder casos ante la Justicia, enterraron el Tomate y mandaron fabricar otro producto. Así nació Sálvame, una martingala basada en lo mismo, en el mismo ventilador, pero ahora esparciendo las miserias de ellos mismos, las de las criaturas cotillas que están a sueldo de la propia productora que fabrica la papilla. ¡Ah! Eso ha proporcionado un gran confort a la cadena. Ahora no hay demandas judiciales. Las víctimas las tienen en nómina. Y ya se sabe que sarna con gusto no pica. La gran aportación del Sálvame como invento televisivo es haber introducido el canibalismo entre ellos mismos. Los integrantes del programa, a cambio de una buena soldada, aceptan irse comiendo las vísceras cada día. Canibalismo seriado. Por turnos. Ahora mismo, y a pesar de estar en plena alegría, ya le han extirpado a Rosa Benito la historia de sus miserias con Hacienda. Con notable arte escarbador han logrado que confiese, llorando amargamente, que por culpa de Amador Mohedano resulta que debe 500.000 euros al fisco. ¡Ah! Cuántos momentos de gloria ha dado la señora Benito a Tele 5. Con cuánta disciplina ha ido ofreciéndose para que las aspas del ventilador vayan troceando y esparciendo sus vísceras más íntimas.

Esta historieta con Hacienda, trágica en lo económico, tiene visos de ser auténtica. En muchas otras ocasiones el ventilador se ha quedado sin material para esparcir y han recurrido a la comedia, a la guionización de cuernos, infidelidades o conflictos. Todo de diseño. O sea, que han creado golpes de vida completamente irreales, solo para que siga funcionando la máquina televisiva. ¡Ahh! A mí solo me queda desearles larga vida, mientras sigan canibalizándose entre ellos mismos.