tú y yo somos tres

Jordi y Nacho, a dentelladas

FERRAN MONEGAL

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Nacho Abad ya le han puesto programa fijo.Se llama La diana (A-3 TV). Compite con Jordi González (Se enciende la noche, T-5). Y se disputan la negritud de las madrugadas a mordiscos, a dentelladas, sobre los sucesos más escalofriantes que nos depara la actualidad. Al margen del tema de la pobre niña Asunta, y la situación procesal de sus padres adoptivos, Rosario Porto Alfonso Basterra, que es un asunto transversal en la tele, y que escarban en él muchos programas, al margen de este suceso, ahora mismo Jordi Nacho se proyectan sobre dos casos terribles de menores de edad. Nacho se ha especializado en la desaparición del niño canario Yéremi Vargas. ¡Ahh! Es un tema suculento para el espectáculo televisivo, porque hay implicados en la trama tres pederastas británicos. Nacho, con Gloria Serra a su lado haciéndole de partenaire fidèle compagne, mandaron cámaras a un condado de Escocia, donde uno de ellos vive de incógnito, con nombre falso. Y al grito de «¡Somos el primer medio de comunicación que le hace una entrevista!», una redactora llamó a su domicilio y le hizo cuatro o cinco preguntas, a puerta entornada. Como que la entrevista fue un plisplás, o sea, apenas nada, lo adornaron con el habitual paseo por la urbanización, alcachofa en mano, preguntando a los vecinos, además de ir incrustando «imágenes inéditas de Yéremi!», o sea, vídeos caseros de cuando el pobre niño todavía estaba en su casa. Y remataron con declaraciones de la mamá que, naturalmente, está deshecha y abatida. Con este envoltorio, la mesa de tertulianos tuvo leña para ir especulando las horitas que hiciese falta.

Por su parte, Jordi González ya lleva dos semanas sobre el caso de la joven Malén Zoé, desaparecida de Calvià desde hace 45 días. ¡Ah! Este suceso también tiene un plus muy útil para la construcción del aquelarre: los padres de Malén, separados,  se odian. Abominan el uno del otro. O sea, Jordi entrevistó al padre (Alejandro), le puso las declaraciónes de la madre contra él («Me ha maltratado durante años y ahora he descubierto que no solo me maltrataba a mí»), y añadía para incentivar la reyerta: «¡Alejandro, todo esto es muy gordo!», y así se conformaba un clima para que, luego, los tertulianos también fueran escarbando las horas que hiciesen falta.

¡Ahh! Los gladiadores de ambos imperios, Jordi (T-5) y Nacho (A-3), se disputan la audiencia a dentelladas en la negritud de la madrugada.