JÓVENES (SOBRE)SALIENTES

Una historia de cómic a lo moderno pero de pueblo

Marta Rabadan, de 29 años, Psicología en la Universidad de Valencia y máster en Publicidad en ICADE y Raquel Córcoles, de 26, Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Rovira i Virgili y Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos.

Marta Rabadan, de 29 años, Psicología en la Universidad de Valencia y máster en Publicidad en ICADE y Raquel Córcoles, de 26, Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Rovira i Virgili y Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos. / periodico

Anna Pacheco y Andrea Gómez

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Un consejo (sobre)saliente: aplauden la actitud del buen becario. Trabajar meses y meses gratis y cuando te dan 100 euros saber dar las ¡¡¡graaaaaacias!!!. Sonrisa incluida. Cuando eres joven, "lo importante es tener ilusión y muchas ganas en todo lo que hagas".

15 años a. M. P. (antes de Moderna de Pueblo)

Existen dos chicas en apariencia normales. Cada una sigue, por ahora, en su lugar. Una en Reus (Tarragona) y la otra en Cocentaína (Alicante). Y no, ninguno de esos sitios tiene Corte Inglés. Seguro que si les cuentan, hace unos años, que ellas serían autoras de un cómic de éxito de la noche a la mañana, no se lo hubieran creido. Tampoco se hubieran creído que su perfil en Facebook tendría más de 4.500 seguidores, que agotarían existencias en los FNAC y que tendrían blog y Twitter (¿Twitter? ¿Lo qué?, hubieran pensado). Y todo por culpa de un personaje rubio, con 'wayfarer' y flequillo. Pues sí. Aunque parezca mentira, esta historia ya está registrada. Raquel Córcoles (26) y Marta Rabadán (29) son las dos caras que hay detrás del cómic 'Soy de pueblo: manual para sobrevivir en la ciudad'. Un cómic basado en los infortunios modernos de una chica de pueblo que aterriza en la urbe. Tienen un blog archivisitado y, ahora, además, publican semanalmente en <strong>'El jueves'</strong> y la revista <strong>'Cuore'</strong>. Y atención que están de gira. Están a punto de sacar en librerías, estanterías y 'fnacs' del mundo un nuevo cómic de título-para-hacerse-camisetas 'Los capullos no regalan flores'. Viendo el vídeo promocional debería ser de lectura obligatoria en todo instituto que se precie, bajo el lema "chicas, huid ante la primera señal".

Recapitulando

Pero empecemos por el principio. Les diferencia el color del pelo y poco más. Todo empezó por Raquel. Un día decide preparar una tira cómica para un concurso de la Generalitat de Catalunya. Solo había que presentar tres viñetas. Y ella se inspiró. Nace aquí el primer esbozo de la que sería 'Moderna de Pueblo'. Al jurado del concurso les encantó, llegó a la final y hecho. Ella y su 'personaja cómica' (como la llaman en Twitter) ganaron. El premio del concurso era que la editorial Glénat les iba a publicar un libro, pero para eso a la 'Moderna de Pueblo' le faltaban historias. Por eso, Raquel recurre a Marta: "¿Te quieres unir al proyecto?". Y así es como las dos, a cuatro manos, se enzarzan en cuatro meses intensivos de creatividad máxima. "¿Les enseñamos las fotos de [esa] época?", le pregunta Raquel a Marta anticipando con una mirada fulminante un "no" bien claro. Como buenas modernas, tienen instantáneas guardadas de esos tiempos tan productivamente locos; de dormir poco, trabajar mucho y comer mal. "Cada noche nos hacíamos una foto con el Mac, de madrugada, con nuestras pintas. Moño y gafas incluido. Que las gafas, sí, pueden ser retro y lo que quieras, pero son horribles".

Presente

Son así. Naturales, descaradas, hilarantes, espontáneas. Engendrar a 'la criatura' más que un trabajo ha consolidado toda una [su] filosofía. Jornadas de más, mucho más, de ocho horas. Bautizan los sábados de clausura como "la fiesta de currar más" y empalman con domingos maratonianos de nueve de la mañana a nueve de la noche. "Acabamos totalmente desquiciadas pero, ahora, en la distancia, recordamos esos meses con un montón de cariño", explica Marta. Advierten: sin tanta ilusión, se hubieran vuelto locas después de escuchar Nacho Vegas durante todo el día.

Hasta aquí, todo podría ser más o menos normal. Si no fuera por el detalle de que Marta y Raquel son autoras de un cómic, pero ellas no son ningunas cracs dibujando. "Tenemos pánico a que algún fan del cómic nos pida que le hagamos una viñeta, así, improvisada". En realidad, la única dibujada "con papel y boli" fue la 'Moderna de Pueblo' y algunos protagonistas principales. Luego, escanearon el modelo, lo pasaron a un programa de ordenador y problema resuelto. Eso sí: ellas se las ingenian con los guiones, imitan los 'looks' de moda y se empapan de lo último en música y blogs. Ejemplo de que ni hace falta ser todo un David Finch para arrasar en el mundo de las viñetas ni ninguna aptitud es tan imprescindible como la ilusión.

Los temas del cómic hablan de la cotidiana (e incoherente) vida cosmopolita. Ejemplo: ¿qué es eso de apuntarse a una lista de una discoteca para acabar haciendo una cola igual de larga que el resto de mortales? Los primeros días en la ciudad no daban crédito. "Nosotras no hablamos de temas trascendentales, tampoco filosóficos", asegura Raquel. Hablan de su día a día. ¿Fuente de inspiración? Los amigos. ¿Contexto? Unas cañas. Y, además, todo queda en familia. "Los personajes que aparecen son nuestros amigos --nos dicen-- si no los ponemos, nos matan". Marta recuerda el primer día que su madre leyó el cómic: "Escribís cosas muy raras, hija", fue su veredicto. "Pero en realidad les encanta. Las abuelas lloran. Lo típico", sonríen con orgullo.

Pero, entonces, ¿sois o no sois unas modernas? "No", sentencian, en rotundo. 'Moderna de Pueblo' no es eso. Ellas reivindican la convivencia entre estas dos palabras falsamente antagónicas. Porque no hace falta saberse al dedillo todos los artículos de Pitchfork, y no pasa nada si te gusta la canción más 'mainstream' de todo el verano o tienes la discografía de U2. "Porque si yo he escuchado durante toda la vida Extremoduro o Els Pets --dice Raquel-- no voy a dejar de hacerlo ahora". Porque el postureo, a veces, cansa. "Porque --apostilla Marta con una mezcla de indignación-- a veces los modernos parece que ni siquiera se lo pasen bien en los garitos". Porque sí. Porque ellas han demostrado que "moderno" y "pueblo" sí pueden aparecer en la misma frase. Mientras tanto, ellas siguen con su buen humor que contagia. Para los amigos del pueblo ya están "atrapadas por la modernidad" de la ciudad, pero en la ciudad, a veces, se siguen sintiendo un poco "paletas". Poco les importa. Rompen a carcajadas a intervalos muy seguidos e ironizan con casi todo. Y amenizan mañanas, tardes y noches a sus miles de 'followers'.

Último tweet: "La juventud de una mujer acaba cuando se tiñe de caoba". Amén.

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