Análisis

Hemos coronado una cumbre

XAVIER BRU DE SALA

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Ayer tuvo lugar una de las manifestaciones más grandes jamás vista en Europa, protagonizada por el independentismo social organizado. El objetivo explícito es ejercer el derecho de voto el 9-N, con la convicción aparejada de ganar. De la grandiosidad de la manifestación se desprende una constatación, una sola, y una retahíla, quizá interminable, de interrogantes. La constatación, que la ANC y Òmnium disponen de una capacidad casi prodigiosa de movilización. A buen seguro que la prensa internacional y los diversos gobiernos habrán tomado nota. El primer interrogante: ¿Cómo la van a usar?

Depende de otros interrogantes, que pertenecen a la esfera de la política, y orbitan alrededor de dos conceptos clave, la unidad y el calendario. La unidad de las fuerzas que acordaron fecha y pregunta, que se encuentra en entredicho pese a la presión de los manifestantes. El calendario, porque la fecha de las autonómicas plebiscitarias -sustitutivas de la consulta que será sin duda prohibida- es una cuestión de primera magnitud. No es el mismo precipitar la disolución del Parlament, y votar en los próximos meses, que esperar que pasen las municipales de primavera y, si es posible, las posteriores generales.

La desobediencia de Junqueras

No se escapa a nadie la irrupción de otra palabra en medio del panorama: desobediencia, entronizada por Oriol Junqueras y muy presente en la manifestación y discursos de los organizadores. Cantos de sirena dirigidos al 'president' Mas, que si prosperan ponen en peligro la unidad y amenazan con precipitar el calendario.

Iremos viendo, en las próximas semanas y meses, cómo evoluciona el juego de las presiones sobre el presidente y su capacidad de resistencia. Mientras tanto, si una previsión se puede dar por segura es la inmovilidad de Rajoy y del Gobierno, un cierre de posición que espera, no sin fruición, que los interrogantes del soberanismo se resuelvan por el lado de la división y la precipitación.

Ayer se coronó una cumbre, no la cumbre. Que el proceso no se desmorone desde arriba depende de la unidad, que depende de un acuerdo para evitar la precipitación en el calendario.