Editoriales

Francia y Gran Bretaña votan el matrimonio gay

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El matrimonio homosexual ha llegado a los parlamentos británico y francés al mismo tiempo, pero con reacciones muy distintas en uno y otro país. En el Reino Unido, donde la permisividad y el respeto a la vida privada son tradición, las bodas gais no son vistas como una amenaza a la institución del matrimonio. Más bien se considera que lo refuerza. Sin oposición en la calle, es el sector más recalcitrante del Partido Conservador el que protagoniza la revuelta contra la iniciativa personal del primer ministro, David Cameron. ¿Es una oposición basada en términos morales? No exactamente. Lostoriesnecesitan modernizarse, y para ello Cameron debe ampliar la base del partido. Legalizando las bodas de personas del mismo sexo consigue esta ampliación, que puede marcar la señal de defunción política de los dinosaurios conservadores.

En Francia, la iniciativa nace de una promesa electoral de François Hollande y ha dividido a la sociedad al encontrar una feroz oposición en la calle, protagonizada por los sectores más tradicionalistas, encabezados por la Iglesia católica. Quienes a uno y otro lado del canal de la Mancha se oponen a estas uniones deberían echar un vistazo a los seis países de la UE, entre ellos España, donde estos matrimonios son legales. No han socavado los cimientos de la sociedad. Son otros los males corrosivos (la corrupción, sin ir más lejos). Con el matrimonio homosexual, lo que hace la sociedad es avanzar por el camino de la igualdad.