LA CLAVE

En defensa de la democracia

ENRIC HERNÀNDEZ

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El titular de este artículo no es original: lo tomo prestado del editorial publicado en  la edición digital de EL PERIÓDICO el 15 de junio del 2011EL PERIÓDICO, minutos después de los graves incidentes del Parlament que el Tribunal Supremo ha sentenciado con condenas de prisión. Tras calificar de "intolerable" el asedio a la Cámara catalanaCámara catalana, el firme posicionamiento de este diario, el más sensible a las demandas de los indignados y siempre partidario de profundizar el sistema democrático, acababa por advertir: "No se puede tratar a todos los políticos como si fueran ladrones y, por extensión, a quienes los han elegido como necios". Por idéntica razón, desde estas páginas también afeamos los escraches a legítimos representantes de los ciudadanos, liderados en su día por una activista social que ahora, legítimamente, aspira a representar a los ciudadanos, urnas mediante.

La Audiencia Nacional, con el voto particular de Fernando Grande-Marlaskaabsolvió a los procesados alegando que "ejercieron el derecho fundamental de manifestación, sin que pueda imputárseles acto alguno que signifique un exceso o abuso". El Supremo, esta vez con la oposición de Perfecto Andrés Ibáñez, enmienda la plana al tribunal y condena a ocho participantes en el asedio al Parlament por atacar "los valores superiores del orden democrático", al impedir que los diputados, depositarios de la soberanía, ejercieran efectivamente la representación de quienes los habían elegido.

Libertad de expresión y reunión frente al derecho de participación ciudadana. Manifestaciones contra elecciones. Botas contra votos. Ese es el dilema que ha afrontado la justicia al dirimir sobre unos incidentes que la ira de unos energúmenos y la imprevisión policial transformaron en excepcionales.

LAS PENAS DE PRISIÓN

La democracia debe procurar igual amparo a quien vota a los políticos y a quien les grita "¡No nos representan!", pero propugnar la regeneración de las instituciones no justifica atentar contra su funcionamiento. Se ha hecho justicia, pues, aunque a los legos nos asombre que la pena de prisión para unos alborotadores sea superior que para ciertos defraudadores.