El duro retrato de la exclusión social

Proyectos como Retrats Sense Sostre intentan dar voz a los ciudadanos que se ven obligados a vivir en la calle

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Cada noche duermen en las calles de Barcelona en torno a 700 personas. Instaladas en el furgón de cola de la exclusión social, carecen de un lugar permanente para residir y se ven obligadas a vivir a la intemperie, o temporalmente en albergues. La crudeza del invierno agravará ahora su ya de por sí precaria situación. Son el último peldaño de la escalera de la recesión económica general, que ellas sufren en su máxima dimensión tras haberse quebrado para siempre todos sus lazos familiares, laborales y sociales.

Frente a la cruel invisibilidad de estas personas sin hogar se levantan proyectos solidarios que intentan dar voz y poner cara a historias que arrastran con dignidad un gran desarraigo humano. Uno de ellos abre sus puertas hoy en Barcelona: Retrats Sense Sostre, una iniciativa multidisciplinar en la que se exhiben 12 espectaculares retratos realizados por investigadores sociales y artistas a personas cuya vida es la calle. Más allá de la reproducción mecánica de los rasgos físicos, cada imagen expresa un perfil humano profundamente marcado por la vida, tal como lo demuestran algunos de sus testimonios que se recogen hoy en EL PERIÓDICO. Detrás de Retrats Sense Sostre no hay solo una colección de historias más o menos duras, sino también el reflejo de una situación que nos interpela a todos, aunque nos resistamos a verla y la integremos en el paisaje cotidiano. En definitiva, son las caras de nuestras peores miserias colectivas.