El dictado del FMI

El informe anual del FMI sobre la economía española aplaude tanto las reformas que ha introducido el Gobierno como el valor que este ha tenido para acometerlas. Gracias a ellas, reconoce, España se ha alejado de la zona de los países periféricos a los que más castigan los mercados. No obstante, el Fondo insta al Ejecutivo a porfiar en las reformas hasta el punto de entrar en detalles como la modificación de la negociación colectiva que ayer aceptó a trámite el Congreso y el coste del despido. Le pide que sea «más valiente» y confía en que el trámite parlamentario mejore el proyecto de ley.

Los técnicos de la institución no dudan de que se alcancen los objetivos de déficit trazados por el Gobierno este año, aunque, como sí discrepan de la previsión de crecimiento futuro, consideran que para alcanzar el 2,1% de déficit en el 2014 habrá que reducir más el gasto, 20.000 millones hasta entonces. El protagonismo del FMI en Grecia, Portugal e Irlanda, a los que ha lanzado varios ultimátums, le lleva a usar un tono en el caso español que quizá no sea muy apropiado. Es probable que eso haya contribuido a que casi ningún medio subraye los aspectos positivos del informe, que a veces resulta demasiado ambiguo. «Un amplio apoyo político y social ayudaría a esta amplia estrategia» es, por ejemplo, una frase que no aclara si el FMI se refiere a la conveniencia obvia del consenso o si apoya la petición del PP de que se adelanten las elecciones.