Pequeño observatorio

Defensa de los bancos inocentes

JOSEP MARIA ESPINÀS

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El gobierno local del PP en Badalona no satisface demasiado a muchos ciudadanos. El alcalde,Xavier García Albiol,ha adoptado algunas actitudes y ha tomado algunas iniciativas que no se consideran socialmente ni políticamente aceptables. Pero ahora no se trata de hacer un balance global, sino de comentar la última de sus chocantes ideas: retirar los bancos y las fuentes del barrio de la Salut Alta, y no para restaurarlos, sino para que no puedan sentarse allí los inmigrantes.

Evidentemente, un banco es un punto de reunión donde los ciudadanos se convierten en sociedad. He conocido muchos bancos, y sentarse en uno de ellos, en un pueblo, al que llegaba caminando, me ha hecho sentir que formaba parte de aquella comunidad. Había encontrado un punto de anclaje. No miraba la plaza como si fuera mía, no; al contrario, era consciente de que en aquel instante yo era admitido por la plaza, aunque fuera temporalmente.

También me han contado muchas cosas, gracias a haber estado en un banco, viejos que me han hablado de su juventud, quizá porque la aparición de un forastero ignorante era una oportunidad de explicarse; la gente del pueblo ya no les hacía caso. Por ejemplo, aquel banco de las dos mujeres que se dedicaban a mirar quién atravesaba la plaza y hacían comentarios sobre el marido o la hija, en voz baja.

Los bancos públicos no sirven solo para descansar. Están ahí para darse cuenta de que esa plaza es su plaza, para sentirse un rato libres de las obligaciones cotidianas. Una vez oí este comentario: «Cómo pasa el tiempo, María, ya es la una y mi marido estará esperando a que le haga la comida».

Yo amo los bancos, puntos de encuentro, pequeños espacios de socialización. Una plaza sin bancos para sentarse es un espacio puramente arquitectónico. Quizá muy bonito, digno de contemplar como quien mira un cuadro. Que a veces se hace un uso inapropiado de los bancos es innegable, pero los bancos no tienen la culpa de que la gente los maltrate y se acueste en ellos. Y retirar los bancos porque sí es la señal de un fracaso. Como dice la frase popular, pagan justos por pecadores.

Todos sabemos que en Badalona hay problemas, unos problemas políticos y sociales. No me corresponde a mí, que no conozco la situación ni tengo autoridad para intentar mejorarla, proponer alguna idea. Me limito a hacer un elogio de los bancos, que, modestos y útiles, no tienen la culpa de nada.