tú y yo somos tres

Cuando roncas, te aborrezco

FERRAN MONEGAL

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El viento político azota las cadenas. No es una brisa, es huracán. Como espectador, estoy cansado, francamente. En La Sexta, por ejemplo, llevan dos semanas (Al rojo vivo, El objetivo, La Sexta noche, etc) alternando a Pablo Iglesias con Íñigo Errejón. Se los van pasando entre programas ante el posible cisma de Podemos. Nada en claro hemos sacado de estas televisivas apariciones.

La única pincelada interesante ha sido la que consiguió Thais Villas (El intermedio) cuando descubrió una foto de Íñigo y Pablo, tiernamente abrazados, en un país extranjero. Se la enseñó a Errejón. Y éste advirtió: «Fue hace años. Estábamos los dos en Manchester, en un congreso. Dormíamos juntos en la misma habitación del hotel, porque no teníamos presupuesto».

¡Ahh! Pues vuelvan a Manchester, criaturas. Revivan la ternura de otro tiempo. Compartan aquella misma humilde habitación. Y seguro que la Asamblea de Vistalegre 2 irá como una seda. Dormir juntos es un ejercicio básico para una relación de pareja. Una de dos: o se consolida el amor, o se acelera el divorcio.

Esta semana, en Casados a primera vista (Antena 3 TV) se ha producido un caso luminoso. La pareja formada por Ruth, de Cáceres, y Jaime, de Tarragona, se han ido a pasar la luna de miel a Lisboa. Y ha sido tremendo. «¡Roncas, roncas!», le gritaba Jaime a Ruth a la mañana siguiente de su primera noche de bodas. Y enarbolaba el móvil para que ella misma se escuchase. O sea, que se había tomado la molestia de grabarla, en vista de que no podía pegar ojo.

¡Ahh! Ruth se quedó muy dolorida. Pero irguió la cabeza, y con mucha dignidad alegó: «¡Soy humana!». Y Jaime respondió: «¡Cuando roncas dudo de que lo seas!». O sea, toma. Y ahora Ruth y Jaime deambulan por el programa con un mal rollo horroroso. Es mejor que se separen. La cosa puede derivar en tragedia.

Recuerdo un caso tremendo ocurrido en mayo del 2005 en el Asilo del Sagrado Corazón de Sueca. Uno de los asilados, José Mora, una noche le clavó un punzón a otro, Daniel Roselló, y acabó con su vida. Cuando le interrogó la policía, respondió escuetamente: «Roncaba demasiado fuerte».

El viento de la política azota las cadenas, les decía al comienzo. La pareja Iglesias Errejón salen por separado en muchos programas de tele. Se lanzan puyas e indirectas. Deberían tomar nota del Casados a primera vista. Regresen a Manchester. A aquella humilde habitación. Y quizá descubrirán que roncan los dos.