Con lazo rojo

Al <strong>PSOE</strong> de la <strong>gestora</strong>, ese que se aupó al liderazgo de forma torticera, ¿le interesa llegar al poder? O, mejor dicho, ¿qué poder le interesa? O, para precisarlo aún más, ¿el poder para transformar y hacer más justa la sociedad o el poder para mantener su estructura? Tendríamos que aclararlo. Básicamente para saber a dónde fueron a parar los 5.424.709 votos que recibió. Aunque cada vez hay menos dudas. Y las pocas que quedan se aclararán al recibir la definitiva negativa del PSC a la <strong>abstención</strong>. ¿Cuántas críticas y amenazas arrojarán sobre los socialistas catalanes? El nivel de su incapacidad para comprenderlos dará la medida exacta de su voluntad de servir para algo. Si el PSOE desprecia la posición del PSC es que, sencillamente, ni entiende ni quiere entender nada del conflicto entre Catalunya y España. Su bloqueo emocional, y también intelectual, le conduce a una voluntaria insignificancia, ya que nunca ganará unas elecciones sin la cosecha de votos catalana.

La rosa roja se desmaya mientras el aliento de los empecinados militantes se esfuerza en insuflarle savia para revivir. El <strong>alcalde de Jun</strong> sigue buscando firmas. Las redes se llenan de mensajes que entremezclan el desconsuelo y el ánimo. Pero, inevitablemente, Rajoy recibirá esta semana, bien envueltos y con un lazo (rojo, por supuesto), los más de cinco millones de votos que querían verle expulsado de la Moncloa. A la traición le llaman responsabilidad.