MIRADOR

El caballero negro

Igual que el personaje de los Monty Python, Pedro Sánchez ha resistido como nadie y, aunque un rival poderoso le ha ido cortando brazos y piernas, él sigue retándole

Pedro Sánchez, este sábado, durante la comparecencia en la que anunció su renuncia al escaño en el Congreso.

Pedro Sánchez, este sábado, durante la comparecencia en la que anunció su renuncia al escaño en el Congreso. / periodico

CARMEN JUAN

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Estaba escuchando a Pedro Sánchez confesarse ante Jordi ÉvoleJordi Évole y no dejaba de pensar en el caballero negro de los Monty Python en 'Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores'. El caballero negro es aquel que se hace fuerte en el claro del bosque, y no deja pasar a ningún hombre, ni que sea el rey Arturo. La pelea entre ambos es memorable, Arturo empieza primero cortándole un brazo. "Es solo un rasguño", dice el caballero negro. "¡Pero si te he cortado un brazo!", exclama Arturo. Sigue la pelea y cae el otro brazo, una pierna y otra hasta que el caballero negro, convertido en un tronco humano ensangrentado, sigue clamando "no huyas cobarde, te daré tu merecido", mientras el rey Arturo sigue cabalgando con los cocos en la mano.

Pedro Sánchez me recuerda a ese caballero. Ha resistido como nadie y, aunque un rival poderoso le ha ido cortado brazos y piernas, él sigue retándole. Perdió primero la secretaría general, después la batalla de la abstención en el comité federal y finalmente el escaño, ante una decisión imposible: "O rompía la disciplina de voto... o tenía que salir del congreso", le dijo a ÉvolePedro Sánchez se ha quedado sin piernas, sin la plataforma que el Congreso da a sus diputados y donde él tendría el foco asegurado y aun así grita: "No huyas cobarde". Muy heroico, pero como escribía Scott Fitzgerald: "Enséñame un héroe y te escribiré una tragedia".

Pedro Sánchez ha empezado su particular regreso al futuro, intentado recuperar el liderazgo que no ha podido ser, pero va a ser muy difícil resistir en la carretera sin apoyo logístico, sin apoyo mediático, atrapado en un blues, con enemigos emboscados en cada esquina. A los enemigos que ya tenía se sumarán los que va dejando, las empresas y los medios de comunicación que, según Sánchez, impidieron que la izquierda se entendiera, o los dirigentes del PSOE que le critican que no se vaya discretamente sin que "estorbe ni entorpezca", en palabras del presidente de Aragón, Javier Lambán.

EN UN RINCÓN

Me parece raro que quien aspira a liderar de nuevo el PSOE se coloque de entrada en una posición difícil, en un rincón de la izquierda y que, con la guardia baja de quien ha dormido poco, o de quien se siente cómodo hablando en confianza, dispare en todas direcciones.

Pedro Sánchez ha ejercido de líder sólido, incluso pétreo en su defensa del 'no es no', ahora es un líder líquido, que, según Bauman, que de esto sabe un poco, es un medio transitorio, volátil y lleno de incertezas. Tendrá que esforzarse mucho para no alcanzar el estado gaseoso en una larga campaña que sabemos cuándo empieza --"el lunes cojo mi coche"--, pero no cuándo acaba.

Le toca a la gestora marcar la fecha del próximo congreso del PSOE y sus primarias, pero ¿para qué van a darse prisa? En el PSOE están "los caballeros que dicen NI", esos que los Monty Python, crearon como guardianes de las palabras sagradas, que exigen un alma en sacrificio para atravesar con vida el bosque, allí donde se desangra el caballero negro.