¿Avanzamos?

TONI AIRA

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El jueves me fijé en el rostro concentrado del diputado de Ciutadans Jordi Cañas escuchando cómo el socialista Jaume Collboni, de pie desde su escaño, se despedía de sus compañeros de hemiciclo. Collboni lo deja para apostarlo todo a las primarias abiertas del PSC en Barcelona. Y Cañas le escuchaba atentamente y le aplaudió, no como sus compañeros Albert Rivera y Carina Mejías. ¿Identificación? ¿Podría ser que en breve Jordi Cañas protagonice una escena parecida? Dice su entorno más íntimo de amistades (políticas) que sí: «El abogado del Estado se personó en su caso al ser imputado, no se consigue que la cosa avance en positivo y él ya ha dicho que debe irse». Bastantes amigos (de sensibilidades políticas muy diferentes) han intentado disuadirlo pero «él ya ha tomado la decisión». Así, en los próximos tiempos podríamos ver una imagen similar a la de Collboni de esta semana, pero protagonizada por Cañas. Y lo aplaudirían unos cuántos diputados no solo de Ciutadans. Porque en el trato personal, el número dos de Rivera sabe tejer vínculos más allá de la afinidad ideológica. Y no descarten que renuncie al escaño cuando se acerquen más las elecciones europeas, en las que Movimiento Ciudadano se presenta por primera vez. «Como último servicio a su partido antes de irse, proyectando el gesto de autoexigencia del primer diputado imputado que se va por coherencia con lo que su partido defiende».

Eso mientras el caso de Cañas en los juzgados no avanza, y deja en el aire otras decisiones también con derivada local como la renuncia de Collboni. Carina Mejías, exdiputada del PP y ahora de Ciutadans, sonaba con fuerza en los últimos tiempos como candidata a alcaldesa de Barcelona por este partido. En caso de que Cañas se vaya y de que Rivera haga la apuesta definitiva por encabezar una lista a nivel español, esto habría que replantearlo, puesto que es el principal activo que, ellos dos a parte, tiene Ciutadans en la Cámara catalana. La conoce bien y ahí se mueve ágilmente como pocos de los suyos. La perspectiva barcelonesa, pues, en el aire. No avanza para unos Ciudadanos sin una fuerza municipalista que por ejemplo en el caso del PSC es sinónimo de mínima supervivencia en tiempo de crisis.

El apoyo díscolo

Y, por cierto, hablando de avanzar, ¿en Barcelona con quien están los críticos del PSC? ¿Con quien está la corriente Avancem de Joan Ignasi Elena? La lógica diría que con Laia Bonet, con Rocío Martínez-Sampere o con Jordi Martí, pero el caso es que Avancem, como tal, no se ha posicionado y de su grupo impulsor hay gente que apoya a estos tres candidatos «y un par también a Collboni», según un miembro destacado del sector. En bloque, con nadie. ¿Avanzamos? ¿Hacia dónde?