Y aún se preguntan por qué crece Podemos

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

…..y, encima, se preguntan por qué la gente abraza a Podemos, por qué ha decidido seguir a Pablo Iglesias, por qué buscan una salida a tanta podredumbre, por qué ansían confiar en alguien que, de momento, no les ha robado. Por qué ya no les creen, por qué ya no confían en ellos…

…porque son una casta y no pierden oportunidades de demostrarlo. ¿Cómo?, creyéndonos unos idiotas. A todos. Me lo decía papá de pequeño: “Emilio, que nunca te tomen por tonto”. Pues llevan años tomándonos por tontos. Y ellos en su coche oficial, estirando su vida, acumulando rinconcitos en Andorra, en Suiza, en paraísos fiscales. Y, todo, todos, sin visitar la cárcel.

Se preguntan por qué salimos a la calle, pues para acabar con soberbios como Alberto Ruiz-Gallardón o con inútiles como esa consellera de Educación balear, Joana Maria Camps, se llama, que se creía la reina del bambo. Bueno, como todos los ‘peperos’ de Mallorca. Con razón, pues nunca han dejado de mandar, de tener poder, de aprovecharlo, de enriquecerse.

Cómo no va la gente a creer en Podemos. Cómo no van a considerar una casta a la gente como Jordi Pujol y demás, que, cuando deberían estar escondidos bajo los cantos de los ríos, se van al Parlament e insultan a nuestros representantes, que son nuestros aunque dejen mucho que desear, aunque no los volvamos (ya verán) a votar nunca más.

Y él, patriarca protector, engreído, ni siquiera ofrece un punto de arrepentimiento por su comportamiento, por su delito, por los delitos de los suyos. ¡Qué va, qué va! Ya dicen que no hay mejor defensa que un buen ataque. Y ¿por qué no se levantaron todos y se fueron? Les hubiésemos aplaudido. Que se quede solo, él, su mujer, sus hijos, sus cuentas, sus nidos. Porque es ahí donde nos creen tontos, cuando dicen que “cortas una rama, cae una rama y todos los nidos que hay, hasta caer el árbol entero” ¡Es que ha de caer el árbol entero! Usted, señor Pujol (y los suyos, sean o no familia, real o política), ha podrido las raíces, de regarlas con tanto dinero defraudado, desviado.

Y va y dice “si todo hubiera sido tan corrupto, no se hubiera aguantado”. No, señor Pujol, no, no somos tontos: se ha aguantado por eso, porque nadie agitó el árbol a tiempo y porque, en efecto, todo estaba podrido. Era (es) el equilibrio de los podridos, auténticos trapecistas del engaño, lo que aguanta este teatro.

Ese es el punto. Que nos creen idiotas. Como nos creía el altivo Gallardón. Y como nos creía la boba de Camps. Porque se creen intocables. Porque se creen, ¡que caray!, porque son una casta.

Y se preguntan por qué se va la gente a los brazos de Podemos. Se van porque ven como tiemblan los políticos vulgares, corruptos, profesionales nada más pensar, intuir, saber, encuestar que esos muchachos crecen. Aún no han robado. Su árbol está recién plantado. Ni nidos tiene.