LA CLAVE

La magia del 'cuponazo'

La Constitución ampara el privilegio fiscal vasco, pero son los sucesivos gobiernos los que de forma opaca consagran este agravio territorial

Albert Rivera durante una intervención en el Congreso.

Albert Rivera durante una intervención en el Congreso. / periodico

ENRIC HERNÀNDEZ

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En España, la financiación autonómica es una guerra de todos contra todos en la que siempre ganan los vascos. No necesitan grandes manifestaciones, referéndums ilegales ni estériles declaraciones de independencia. Se ahorran las tediosas negociaciones multilaterales con que el ministro de Hacienda derrota por cansancio a los consejeros autonómicos. Les basta con aguardar pacientemente a que flaquee la mayoría en el Congreso y sean precisos los diputados del PNV para sacar adelante los presupuestos del Estado. Porque saben que siempre, tarde o temprano, les tocará el 'cuponazo'.

Aunque el periodo de vigencia de los acuerdos forales de financiación es de cinco años, el azar suele sonreír a la hacienda vasca cada diez. Así sucedió con José María Aznar (1997), José Luis Rodríguez Zapatero (2007) y, ahora, Mariano Rajoy. Ello se explica porque la renovación del cupo exige un acuerdo bilateral, de modo que Euskadi solo lo firma cuando está en condiciones de mejorarlo. Es decir, cuando los españoles privan en las urnas de la mayoría absoluta al partido en el Gobierno, de modo que los votos del PNV se ponen a precio de oro.

Componenda, apaño, chalaneo, enjuague... Elijan ustedes el sustantivo que más les convenga, pero agréguenle el adjetivo de 'constitucional'. Porque la Carta Magna, al amparar los fueros vasco y navarro, consagra el agravio territorial en perjuicio del resto de los territorios de España. También de Catalunya, pero no solo. De hecho, Rajoy no ha  tenido reparo en acordar una generosa renovación del cupo --solo rechazada por Albert Rivera (Ciudadanos) y Compromís-- pese a que lleva años escudándose en la crisis económica para no abordar el debate sobre la infrafinanciación de diversas comunidades autónomas.

Tongo al descubierto

Mientras los sucesivos gobiernos apelan a la "solidaridad entre territorios", a oscuras pactan que el País Vasco aporte al Estado mucho menos de lo que le correspondería con un reparto equitativo. Cuando hasta el gurú del Ejecutivo Ángel de la Fuente denuncia que la cifra del cupo es "magia" y que los vascos deberían pagar más, el tongo de esta lotería queda al descubierto.