Antídoto contra el populismo

Vote Leave campaign leader, Boris Johnson, leaves his home in London

Vote Leave campaign leader, Boris Johnson, leaves his home in London / /JV

Albert Sáez

Albert Sáez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tras décadas de alentarlo, la Unión Europea tiene una oportunidad de oro para generar anticuerpos contra el populismo: la respuesta al 'brexit'. Por primera vez desde la segunda guerra mundial, los charlatanes han ganado una batalla democrática. Y la sonrisa se les ha helado, como demuestra la espantada de uno de los líderes de la campaña euroescéptica: el tragicómico Boris Johnson. Las instituciones europeas no pueden ceder ni un milímetro: "out is out". Y eso no significa en ningún caso infligir ningún castigo ni a los británicos ni a sus empresas. La línea roja está clara: es inaceptable separar el mercado único de la libre circulación de personas. Farage y Johnson mintieron como bellacos y ahora sus exsocios europeos no les pueden ayudar a edulcorar la falacia ni sacarlos del barro en el que se han metido. Y como han reconocido ambos, mintieron a sabiendas, lo cual obliga a dejarlos en evidencia. 

Las instituciones y funcionarios comunitarios están especialmente dolidos con este divorcio. Durante años, Europa ha sido menos Europa para retener a quienes ahora han dado el portazo. Si pretenden volver tendrá que ser perdiendo la permamente amenaza de irse como arma de negociación. Ese es el mejor cortafuegos contra los populismos que llevan una década alimentándose en Francia, en Austria o en Holanda y contra los que han surgido más recientemente en Alemania, en Hungría o en Polonia. El antídoto no es la represión ni mucho menos la prohibición. El populismo se alimenta de propuestas irrealizables que nunca tienen la oportunidad de llevarse a cabo. Pues, bien , el 'brexit' debe llevarse a cabo hasta las últimas consecuencias. Es la manera de hacerlo inviable. Intentar poner paños calientes o ceder en asuntos esenciales, como aceptar el mercado único solo de las mercancías, sería la muerte definitiva de la UE, a manos de los populistas que se reproducirían presentándose como la mejor técnica para negociar con Bruselas. El bofetón británico debe hacer despertar a esta Europa atolondrada desde la crisis del euro y la vergüenza de los refugiados.