El ADN de Puigdemont se manifiesta

después del anuncio detallado de la aplicación del 155 por parte de Rajoy, la gran manifestación en Barcelona de este sábado la vimos en directo, como ya es habitual, por  TV-3 y La Sexta. En TVE-1 hicieron de pronto un 'especial', con pinceladas breves sobre el abarrotado paseo de Gràcia, pero sobre todo se dedicaron a explicar a las Españas la necesidad de la aplicación de artículo tan tremendo. Duró pocos minutos este especial de TVE-1. Enseguida volvieron a enchufarnos la película que habían interrumpido un momento: 'Soltera a los 40'. ¡Ah! Otra memorable lección de periodismo más la de TVE.

    Pero dejemos TVE-1, que ya sabemos en lo que se ha transformado, y vayamos a los que estaban al pie del cañón, enseñándonos la realidad a pie de calle, repito, TV-3 y La Sexta. Viendo la fenomenal concentración humana de Barcelona, me vino a la cabeza otra manifestación que nos enseñaron dos días antes, el jueves, en 'Polònia'. Numéricamente fue mucho más modesta, pero tenía un trasfondo político enorme. De pronto se presentaron en el despacho de Puigdemont una serie de criaturas que al grito de «¡Somos tu ADN, y tú formas parte de él!» le invitaban a que se uniera a ellas. Eran Artur Mas, Francesc Homs, Marta Pascal, Andreu Mas-Colell, y cerraban el grupo las famosas la Puta i la Ramoneta. ¡Ah! Qué hermosa manifestación dibujaron los polacos en el despacho del 'president'. Agrupados y compactos, intentaban seducir a Puigdemont diciéndole: «¡Ven, ven, ven con nosotros!», y Artur Mas, en calidad de portavoz, exclamaba con una alegría inmensa: «Haremos como hemos hecho siempre: pactaremos, mercadearemos con la independencia e iremos a jugar al twister a casa de Oriol Pujol!».

    Hombre, en este 'sketch' creo que la intención de los polacos no era hacer sarcasmo solamente. En un momento dado Mas advierte: «Deja que nos quedemos a tu lado. Nos es mucho más fácil manipularte desde aquí». ¡Ah! Esta advertencia de «manipulación» retrata las intenciones de los directivos de 'Polònia'. Seguramente querían transmitir a la audiencia que las fuerzas vivas de la antigua Convergència estan asediando a Puigdemont. Y que él, al resistirse, iba a quedar como un héroe. No sé si los polacos habrán logrado su objetivo. Al fin y al cabo, en aquel despacho, todos tenían el mismo ADN.