La polémica de cómo gestionar los recursos hídricos del país

Un plan de agua casi perfecto

Catalunya ya dispone de un proyecto para evitar angustias de abastecimiento como las del 2008

Un plan de agua casi perfecto_MEDIA_1

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NARCÍS PRAT

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El jueves pasado el consejo de dirección de la Agencia Catalana del Agua (ACA) dio luz verde al plan de gestión del distrito hidrográfico de Catalunya (PGDHC). Es es la culminación de la planificación que se inició cuando el primer conseller de Medi Ambient de la Generalitat (Salvador Milà) renunció al trasvase del Ebro y comenzó con la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA) un proceso de cambio en la manera de trabajar y de pensar en la planificación del agua en Catalunya. El plan se aprobó con los votos en contra de las patronales del sector (incluida la agrícola) y de los representantes del principal partido de la oposición.

La noticia ha recibido muy poca atención mediática, lo que se corresponde con una situación hídrológica boyante (los embalses llenos y llueve), nada que ver con lo que pasaba en la primavera del 2008 cuando las restricciones en el área de Barcelona parecían inminentes.

El plan soluciona los problemas de abastecimiento de Catalunya (no solo de Barcelona) mediante la receta que en su día la FNCA recomendó: ahorro, eficiencia, reutilización y algo de desalación, con una inversión en el capítulo garantía del abastecimiento de más de 3.500 millones de euros. Por otra parte, el plan cumple con lo que demanda la directiva marco del agua (DMA), ya que los objetivos de calidad se basan en las características del medio (lo que llamamos estado ecológico), es posibilista (en el primer horizonte llega al 67% de masas en buen estado) y prevé inversiones para mejorar la calidad del agua de más de 1.800 millones en nuevas depuradoras y de más de 900 millones en otras actuaciones ambientales. Aborda los ecosistemas costeros y las aguas subterráneas junto a las superficiales y estudia los costes del ciclo del agua y cómo recuperarlos. En resumen, un plan excelente, sin duda el mejor en España y comparable a cualquier planificación hecha en Europa. Un plan para el siglo XXI. Además, no ha recibido críticas de fondo en el consejo de dirección; incluso el equipo técnico del ACA ha sido felicitado por su trabajo. Entonces, ¿por qué votar en contra? Según sus detractores, el plan tiene demasiada desalación y hay muchas incertidumbres sobre su financiación.

Los que plantean dudas sobre este plan simplemente tienen miedo. Miedo porque deben explicar a los ciudadanos que hay que hacer un pequeño esfuerzo entre todos para tener un ciclo del agua sostenible desde todos los puntos de vista (ambiental, del recurso, económica y social). El plan incluye un estudio coste-beneficio con diferentes escenarios que indican cómo hacer frente al costo del ciclo del agua, solo hace falta que los políticos que lo implementen no tengan miedo de aplicar las medidas que en él se indican. Por una parte, la inversión en nuevas infraestructuras debe venir de los fondos que llegan con el Estatut. Por lo tanto, lo que deben cubrir los ciudadanos con el canon del agua es el mantenimiento de estas infraestructuras (las nuevas y las anteriores). ¿Qué incremento deberíamos esperar en una factura media si repercutimos los costes del ciclo del agua del futuro en el recibo actual? Duplicar el canon del agua (de 0,4 a 0,8 €/m3) supondría un incremento de 3,8 €/mes para un consumo de 25 m3 al trimestre. En total, gastaríamos 21 €/mes de agua. Compárenlo con lo que gastan en teléfono, gas o electricidad. ¿Les parece que 48 euros al año es mucho para asegurar un suministro de agua de calidad y garantía de mejora del estado ecológico de los ecosistemas acuáticos? Comparen el fijo que pagan en el recibo del agua (es decir, lo que pagarían sin consumir un solo metro cúbico) con el mismo concepto en el gas o la luz. Se llevarán una sorpresa. Pero nadie se atreve a modificar las tarifas del agua. Otra vez el miedo de nuestros políticos.

Asegurar la financiación del excelente PGDHC es un problema político en el que parece que los políticos tienen miedo de comunicar a los ciudadanos que con un esfuerzo de 50 euros al año (que implica garantía y calidad de suministro) no van a sufrir de nuevo las angustias del 2008. A ver si en las próximas elecciones algún partido pierde el miedo y explica a los ciudadanos que tenemos un plan excelente para solucionar los problemas del agua para el futuro y que además no cuesta tanto dinero.

Y queda demostrado que no hacen falta ni el trasvase del Ródano ni el minitrasvase del Ebro. Y respecto a la desalación, esta va a suponer en el futuro como mucho el 15% de los recursos, y parte de ellos de destinarán a disminuir el trasvase del Ter a Barcelona; y toda la desalación no va a llegar al 2% de la electricidad consumida en Catalunya. Vaya, que los argumentos para oponerse a este plan no tienen ningún fundamento. Esperemos que el Govern apruebe definitivamente el plan y que a quien le corresponda gestionarlo en el futuro sepa valorarlo en su justa medida y ponerlo en práctica para llevar al país al siglo XXI. Los ciudadanos se lo merecen. Catedrático de Ecología U. B.

Miembro de la FNCA.