CLAQUÉ CON BIGOTE

'Moustache': un musical con los pies en el suelo

Aquí se hace claqué hasta saltando a la comba. Coco Comin estrena nueva producción en el Teatre Apolo. Comedia con repuntes lacrimógenos, coreografías originales y voces memorables

Los bailarines de 'Moustache', durante uno de los números claqueteros del musical

Los bailarines de 'Moustache', durante uno de los números claqueteros del musical / periodico

Ana Sánchez

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Quizá al principio alguien piense: «Mira, como Fred Astaire». Tres horas después, el estereotipo claquetero se habrá esfumado con el sombrero de copa entre las piernas. Aquí se hace 'tap dance' hasta saltando a la comba. Ta-ca-tá, ta-ca-tá. Claquetean subiéndose las faldas de cancán, marcando ritmos africanos, con música hindú, hasta hay quien se arranca con una jota.

«El primer gran musical de claqué que se representa en España». Es la coletilla que se repite cada vez que se menciona el título. «No es un musical de claqué, sino con claqué», puntualiza su ideóloga, Coco Comin. Su nuevo espectáculo -garantiza- mantiene intactos los tres ingredientes de todo musical: canciones, coreografías y texto a partes iguales. «Lo he tenido muy en cuenta, hasta con cronómetro», promete. Los pasos de claqué se saltean con comedia, claro; chistes, muchos chistes, amor verdadero, melodías pegadizas y un drama a la altura lacrimógena del de Nicole Kidman y Ewan McGregor en 'Moulin Rouge'.

El Moustache del título también es un 'music hall'. Londres, 1910, cuando el bigote -repite el maestro de ceremonias al presentar cada función- era «símbolo por excelencia de la virilidad». La estrella del local es el Pequeño Max (Sergio Franco borda el papel: arranca risas y pone más de un pelo de punta). Sobre el escenario, es un payaso de éxito; en el camerino, un hombre con corazón 'shakespeariano'. Es el musical número 29ª de Coco Comin ('Grease', 'Fama', 'Chicago', 'Memory'). Esta vez la directora ha escrito el guion partiendo de cero. «El libreto es sorprendente por su desenlace. No tiene un final habitual en un musical». Poco más puede desvelar sin soltar algún 'spoiler'. 

Moustache, The Rhythm Musical Comedy se suma el próximo 13 al Broadway barcelonés en que se está convirtiendo el Paral.lel. En martes y 13 les toca estrenar en el Teatre Apolo. Coco Comin se encoge de hombros. Ni rastro de tics supersticiosos. «No, no –se ríe-. Tener un teatro y estrenar es bueno». Desfilan por el escenario nueve actores-cantantes, diez bailarines, 300 vestidos y seis músicos en directo que harán sonar 47 instrumentos. 97 personas en total tras el telón. 

BAILARINES-MÚSICOS

Los bailarines son todos de la compañía de claqué Coco Comin. Es decir, que es como añadir 10 percusionistas en escena. «Los bailarines actúan como músicos», apunta la directora. «Todas las coreografías son de claqué», asiente. ¿Que por qué? «Porque el ritmo forma parte del cromosoma de los humanos», responde. Era una consecuencia natural viviendo en esta ciudad: «En Barcelona está el mejor claqué de Europa», asegura. Es la única donde se ofrece una formación profesional para bailarines de esta disciplina. 

Los números de baile tienen el deje de musical de Broadway de la coreógrafa Júlia Ortínez y el «claqué étnico» –así lo define la directora– de Sharon Lavi, el otro coreógrafo junto con Coco Comin. Las claquetas se van deslizando por todo tipo de ritmos: irlandeses, indios, africanos, griegos, hasta bailes mañicos. 

El libreto pasa del humor al sarcasmo, a la parodia, a la reflexión, al melodrama. Se escuchan vozarrones memorables. Al final uno se queda como el grito de guerra con el que arranca el maestro de ceremonias del 'Moustache': «¡Bigotes arriba!».