teatro

Sixto Paz nos da una gran clase de historia

La joven compañía recupera en el Espai Lliure su formidable inmersión en la memoria, alrededor de la figura del historiador francés Marc Bloch, fusilado por los nazis

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José Carlos Sorribes

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Cada paso que ha dado desde su aparición en el 2011 -aún no consolidada como grupo estable- no ha sido en vano. Porque cada espectáculo de la compañía Sixto Paz se ha convertido en un gancho para el público -sobre todo en esa franja joven, siempre difícil en el teatro, donde han logrado crear un nicho- a partir de propuestas marcadas por una visión panorámica. «Artísticamente nunca nos definiremos», dice su mandato. En su concepción teatral cabe desde el divertimiento de sus primeros pasos ('The Guarry Men Show') a su penúltima y ambiciosa creación, 'Història', que vuelve a la cartelera tras su exitoso paso por la Beckett hace un año.

Pocas compañías han jugado con tanto acierto la carta del marketing y de la promoción. Lanzaron, por ejemplo, la fórmula de la taquilla inversa que lo era tanto para atraer al público (el espectador pagaba tras ver el espectáculo lo que creía justo) como el interés de los medios. Pero esa estrategia no funcionaba sola si no iba ligada a un sólido cimiento teatral. Así ocurre en el Espai Lliure -donde ya presentaron la espléndida '<strong>Pulmons</strong>', de Duncan MacMillan- con 'Història', en este caso un texto de Jan Vilanova Claudín, el dramaturgo del grupo. Que Sixto Paz se mueve en terreno iconoclasta lo evidencia la formación audiovisual del autor. Es graduado en montaje por la ESCAC y está a punto de acabar Historia. Queda claro en la obra con su alegato a favor de una visión humanista de la historia.

Vilanova, como dramaturgo, y Pau Roca (portavoz de Sixto Paz), como director, llevan por cauce fluido una idea cuya ambición podía hacerla embarrancar. Aborda la muerte del historiador francés Marc Bloch -fusilado por la Gestapo mientras gritaba Vive la France!- cosida a la historia personal del estudiante (Roca), que desbroza si era cierta la carga épica del ametrallamiento en un trabajo para su profesor universitario (Miquel Gelabert, que comparte rol con Víctor Pi). Les une la hija del docente, Sophie (Vicky Luengo).

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Los dos planos se sincronizan perfectamente. Primero porque el texto de Vilanova tiene el poso de la escritura forjada con mimo. La dramaturgia fragmentada, con 'flashbacks', se mueve entre las dos épocas sin sobresaltos, y la dirección imaginativa y juguetona (proyecciones incluidas) de Roca también juega a favor en un espacio con pocos elementos, pero bien jugados. Admirable resulta la escena del fusilamiento.

Gelabert, Roca y Luengo son un trío sin fisuras. El primero, veterano en mil batallas,se desdobla como el profesor y el historiador. Roca abre todos los pliegues del estudiante Gerard. Y ella no se queda atrás. Su trabajo en el mundo audiovisual no debería dejar al teatro catalán sin una actriz con luminosa capacidad para dibujar un personaje con naturalidad hipnótica. Vicky Luengo saca matrícula en esta gran lección de historia de Sixto Paz, un ufólogo peruano que dio nombre al grupo. Otra muestra más de su carácter iconoclasta.