ÓPERA

'Tristán e Isolda' en clave hipnótica

Llega al Liceu el montaje de La Fura dels Baus, una producción de la Ópera de Lyon dirigida por Àlex Ollé

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César López Rosell

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Tristan e Isolda, ópera que Richard Wagner compuso como un monumento al amor basándose en una leyenda artúrica y en el pensamiento filosófico de Schopenhauer, vuelve al Liceu con una propuesta de sello artístico catalán. Àlex Ollé de La Fura dels Baus es el responsable del montaje de esta producción de la Ópera de Lyon, que dirigirá musicalmente Josep Pons al frente de la orquesta y coro del Liceu.

La estelar Iréne Theorin y Stefan Vinke darán vida a los héroes de esta romántica historia acompañados por destacados wagnerianos como Albert Dohmen, Sarah Connolly y Greer Grimsley

La escasa acción de la trama obliga durante cuatro horas a un importante esfuerzo dramatúrgico. La Fura lo resuelve renunciando a lo descriptivo, que deja en manos del poder de la música, para centrarse en lo simbólico de la obra.

En la trama, Tristán es el responsable de llevar a la princesa Isolda a Cornualles ante su tío, el rey Marke, para que contraigan matrimonio, pero durante la travesía ella reconoce al caballero que la conduce como el autor de la muerte de su anterior prometido. Antes de llegar a puerto, sin embargo, los antagonistas beberán sin saberlo un filtro amoroso que les convertirá en apasionados amantes.

TORTURADA HISTORIA DE AMOR

Ollé afirma que la amistad, la alquimia y el azar modifican el rumbo de los deseos de los protagonistas, inmersos en una torturada historia de amor con sentimientos de culpa. Wagner escribió el libreto cuando estaba enamorado de Mathilde Wesendonck, esposa de su protector. «Ya que nunca he disfrutado en la vida de esta felicidad, levantaré un monumento al más bello de los sueños», explicó el autor.

La muerte por amor expresada en la intensa y extensa aria de Isolda, de la que Theorin hace una verdadera creación, marca el final de este viaje interior hacia la psicología de los personajes. La dramaturgia se desarrolla en medio de un ejercicio de resistencia vocal de los cantantes.

El fallecimiento del tenor Ludwig Schnorr von Carolsfeld (primer intérprete de Tristán), días después del estreno de la obra en Munich en 1865, abonó la leyenda de que el fatal desenlace se había producido por culpa del esfuerzo que suponía recrear el papel.

Pons, que triunfó en el Liceu con su lectura musical de El anillo del Nibelungo, resalta que esta ópera, además de marcar un cambio en el drama musical y en la explotación al máximo de la tonalidad y el cromatismo, es la más camerística de todas. Y también dice que es más sinfónica que de acción. Está llena de reflexiones expuestas como recitativos y diálogos a dos, que recuerdan al cine de Bergman. El director afirma: «Soy muy solidario con los intérpretes metidos en una carrera de fondo, en la que hay que regular el ritmo y la energía».

PROYECCIONES CON IMÁGENES SUGERENTES

Una esfera creada por Alfons Flores centra una puesta en escena con vestuario de Josep Abril. El artefacto va evolucionando a medida que se desarrolla la historia alcanzando todo su volumen en el segundo acto, simbolizando el mundo del rey Marke y el éxtasis de los amantes.

Un giro de 180º del redondo artilugio permitirá un cambio de paisaje, en el que el universo del monarca cae como una losa sobre un Tristán abatido. Los vídeos de Franc Aleu proyectados sobre esta esfera, o en el fondo negro, aportan sobre todo imágenes sugerentes sobre la narración.

La Fura ha creado un universo hipnótico para enmarcar esta universal obra de Wagner.