EJERCICIO POSVERANIEGO

Crossfit: dale caña al cuerpo

Si quieres quemar los excesos de los vacaciones pero no te van los gimnasios de toda la vida, ahora hay otras maneras de sudar

Sergio del Amo

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Con el final de las vacaciones vienen los remordimientos por las comilonas, las maratonianas jornadas en la terraza del bar y la nula actividad física. Así que no debe extrañarnos que ahora, igual que después de Navidades, los gimnasios se llenen de almas que quieren quemar los excesos de estas semanas y afrontar con previsión la 'operación bikini' de la próxima temporada.

Aunque cada vez son más los que, lejos de apuntarse al típico gimnasio de barrio, prefieren otras alternativas como el 'crossfit', las luchas cuerpo a cuerpo u otras modalidades de entrenamiento que se alejan de esas máquinas clásicas que han hecho tirar la toalla y el dinero a tantos. Quien no se pone en forma en Barcelona es porque no quiere.

EL ÉXITO DEL 'CROSSFIT'

Cuando el estadounidense Greg Glassman y su esposa Lauren Jenai idearon en el 2000 un sistema de acondicionamiento físico influenciado por el entrenamiento militar, nadie podía imaginar que iba a convertirse en una revolución mundial. Tal como la encargada de comunicación de CrossFit Eixample (Ausiàs Marc, 45), Sylvia Llorente, define, "el 'crossfit' es un sistema de entrenamiento cruzado de alta intensidad que mezcla varias disciplinas", tales como la halterofilia, la calistenia y ejercicios cardiovasculares.

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"Más que para ganar volumen", prosigue, "lo que buscamos son movimientos funcionales; ejercicios que sean útiles para tu vida diaria como, por ejemplo, saber levantar peso o cúal es la mejor posición para hacerlo".

El desembarco masivo de los 'boxes' (así se llama a los espacios que ofertan este tipo de entrenamiento) en nuestra ciudad fue en el 2015, y desde entonces no han cesado de proliferar en casi todos los barrios. "Al poco tiempo de practicarlo ya notas resultados, y ese es el motivo por el que la mayoría se acaba enganchando. Muchos vienen a nosotros aburridos de los gimnasios convencionales y de lo solos que suelen encontrarse. Aquí en todo momento cuentas con alguien que te dirige y quien lo practica es quien se marca sus propios retos. Existe una motivación especial porque, a diferencia de otros deportes, no compites contra otros, sino contra ti mismo", señala Juan Pistone, uno de los fundadores de La Huella Crossfit (Provença, 126).

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"El hecho de practicarse en pequeños grupos ayuda a la camaradería y a que, aunque las fuerzas flaqueen, seguir adelante. En realidad se crea algo así como una familia, lo cual difícilmente ocurre en los gimnasios al uso donde reina el individualismo", apostilla.

Aunque la pregunta del millón sigue en el aire: ¿realmente cualquiera puede practicarlo? "Por supuesto", contesta sin pensárselo Álex Navales, director y gerente de CrossFit Poblenou (Joan d'Àustria, 95). "Es un tópico que debemos desmontar. Cuando empiezas, lo primero de todo es conocer los ejercicios a nivel técnico, precisamente, para evitar lesiones. Se debe comenzar poco a poco, pero una vez se domina la técnica, cualquiera puede practicarlo. Lo bueno del 'crossfit' es que, a pesar de practicarse en grupo, la intensidad se gradúa individualmente dependiendo de tus condiciones", señala.

De momento el número de hombres que lo practica en cuanto a porcentaje es más elevado, "pero en el último año hemos visto cómo cada vez hay muchas más mujeres interesadas. Independientemente del sexo o la edad, a cualquiera le gusta sentirse a gusto consigo mismo y pasarlo bien al mismo tiempo", recalca Pistone.

MÁS ALLÁ DE 'ROCKY'

Desde la barrera, los gimnasios de artes marciales o boxeo se ven como lugares sobrados de testosterona y hasta peligrosos para cualquier novato que quiere hacer sus pinitos. Pero nada más lejos de la realidad. En Badalona, por ejemplo, se encuentra Brooklyn Fitboxing (Conquista, 147, Badalona), un espacio donde se puede practicar boxeo o 'kick boxing', entre otras disciplinas, como entrenamiento funcional. 

"Las clases consisten en sesiones de 47 minutos en las que se combinan el clásico saco de boxeo con otros ejercicios de alta intensidad mediante la supervisión de un monitor", explica Mónica Rabanal, jefa y monitora de esta franquicia que lleva abierta en la ciudad desde abril del año pasado.

"Tenemos más mujeres que hombres porque no se trata de una lucha cuerpo a cuerpo. Disponemos de un total de 14 sacos, y ese el número de personas que pueden entrenar en cada sesión", añade Rabanal. Para ir a la clase tan solo hay que señalar el día y la hora que mejor te va en su propia aplicación móvil y ponerte los guantes.

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A diferencia de Brooklyn Fitboxing, en El Club de la Lucha Barcelona (Casp, 147) sí que hay combates cuerpo a cuerpo. Aunque no hay nada que temer, tal como explica su dueño y profesor, Jordi Lloveras. "El primer día la gente viene algo asustada, pero hablando con ellos se les pasa ese temor porque, desde el principio, se dan cuenta de que no tenemos nada que ver con esa imagen de gimnasio de lucha peligroso que muchos tienen en la cabeza. Aquí, sobre todo, reina el compañerismo. Entiendo la lucha de combate como un estilo de vida porque, realmente, aprendes a tener una dieta mejor, más equilibrio y más confianza y fuerza", opina este profesional al que avalan 20 años dedicándose en cuerpo y alma al deporte.  

En El Club de la Lucha se puede practicar 'brazilian jiu jitsu', judo, 'grappling', boxeo, 'kick boxing', 'muay thai', MMA (artes marciales mixtas) y hasta yoga, aunque también se practica una modalidad llamada 'crossfight' que ayuda a ganar fuerza, resistencia y agilidad "mediante ejercicios que no son tan específicos como los del 'crossfit' a aquellos que sí quieren subirse a un ring profesional".

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Además, desde que hace apenas unos meses introdujeron también las clases de defensa personal, muchas mujeres se han animado a acudir a este centro. "La aceptación ha sido increíble porque todos podemos sufrir una agresión y de nosotros mismos depende que nos podamos defender correctamente", señala.

ESCALADA Y FUTUROS ESPARTANOS

En Lynx Cross (Moianès, 16), la filosofía de entreno es mucho más particular. Integrando escalada y fitness, este centro combina ejercicios de suelo, muros (la denominada 'vía ferrata', para la que no se requiere ninguna preparación especial a diferencia de la escalada convencional) y movimiento de peso dinámico para, en palabras de uno de sus socios fundadores, Norbert Rovira, "buscar el movimiento de varias partes del cuerpo, no de un solo músculo". 

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"Nuestra clientela suele estar formada por personas que odian ir al gimnasio, pero que al mismo tiempo no quieren renunciar a hacer actividad física, además de aquellos a los que les gusta practicar actividades al aire libre el fin de semana y, entre semana, quieren un entrenamiento que les sea óptimo para sus necesidades", cuenta Rovira de este espacio ubicado en el distrito de Sants-Montjuïc.

Aunque más allá de eso, Lynx Cross también se diferencia del resto por ofrecer sesiones de entrenamiento especiales a aquellos que quieren vivir la exigente carrera de obstáculos Spartan Race. "Con lo que los clientes hacen aquí ya deberían estar preparados para participar en la competición porque les mostramos los obstáculos que van a encontrarse y cómo superarlos. Sin ir más lejos, practicamos cómo debe subirse correctamente una cuerda vertical", apunta, sin olvidar que "todo esto lo hacemos para evitar cualquier tipo de lesión y que aquellos que participen puedan disfrutar de la experiencia plenamente".

Diversión y superación personal nunca habían estado tan poco reñidos.