Comer y escribir en el Pepa Tomate de Mandri

«No soy escritora. Escritor es quien lleva cinco libros publicados. Yo apenas acabo de empezar», dice. Imposible determinar cuántos libros son necesarios para poderse denominar así, pero Angie Bach (Tenerife, 1972) se levantó durante años a las seis de la mañana para escribir su primer libro, 'El misterio de la cruz de Vilabertran' (a cuatro manos con Francisco Roselló), y eso algún punto debe de dar. «Hay que ser humilde: solo demuestra que con esfuerzo todo se consigue», sonríe ella.

Ahora, tras dar a conocer esa joya medieval del Empordà, anda inmersa en un segundo libro: una novela sobre la vida del exjugador de baloncesto Roger Esteller. Como la anterior, mezcla ficción y realidad. «En la primera obra me interesaba descubrir a la gente la relevancia de esta cruz, y la trama de misterio me pareció la mejor forma de hacerlo. Esta vez quiero divulgar la metodología motivacional para personas y empresas que ha desarrollado Roger. Ha sido premiada por la Cámara Internacional de Empresarios de Barcelona, y su vida es una prueba de lo que se logra con ella», explica la autora novel, que asegura que es ahora cuando está descubriendo «lo que es disfrutar de verdad escribiendo».

Por eso ha elegido para nuestro museo el lugar donde se reúne con Esteller cada semana para poner negro sobre blanco sus vivencias: el restaurante Pepa Tomate de la calle de Mandri, hermano mediano del de la plaza de la Revolució (el pequeño es el inaugurado el pasado 2 de mayo en la calle de Parlament, en Poble-sec). «Se come bien, y es un lugar muy agradable para trabajar. Además, he presentado varios libros de otros autores aquí», explica. Aunque reconoce que dudó de si llevarnos a uno de los clubs donde se practica su otra gran pasión: el bridge. «Es genial para mantener la mente activa --dice--. En muchos países de Europa es incluso materia escolar. Lo recomiendo a todo el mundo. ¿De qué sirve un cuerpo en forma con una mente dormida?».