Tránsfugas a la ficción juvenil

Muchos escritores policíacos simultanean su labor con libros dirigidos a los adolescentes

El escritor John Connolly en una reciente visita a Barcelona.

El escritor John Connolly en una reciente visita a Barcelona.

ERNEST ALOS / BARCELONA

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Otro camino, de la novela negra hacia otro género, también es posible. Y la vía más frecuentada es la que lleva a la novela juvenil. Quizá porque se trata del otro sector más boyante. La opción elegidas es el cruce entre la investigación juvenil con la fantasía.

Uno de los que han emprendido este desdoblamiento de personalidad ha sido el irlandés John Connolly, de quien Tusquets publicará en octubre 'Conquista', la primera parte de una trilogía de resistencia juvenil contra unos aparentemente idílicos invasores alienígenas escrita conjuntamente con su esposa, Jennifer Ridyard. Su objetivo es dirigirse a lectores de 16 a 17 años como a adultos. «Cuando les pregunto a chicas si han leído obras de ciencia ficción, por lo general dicen que no, pero si les pregunto si han leído 'Los juegos del hambre' o 'Divergente', muchas levantan la mano. Parece que temamos utilizar el término ciencia ficción para que esas lectoras no se sientan excluidas. Por eso, a Los juegos del hambre se los califica como fantasía distópica», comenta. La iniciativa de Connolly tiene un precedente: ya se dirigió a un público más infantil con 'Las puertas del infierno' (Ediciones B), el inicio de una trilogía en la que el pequeño Samuel Johnson debe enfrentarse al mismísimo Satanás.

Quien sí es una recién llegada es la escritora sueca de novela negra Asa Larsson, con una serie de 10 libros, 'Pax', de aventuras fantásticas para lectores a partir de 9 años que enfrenta a dos hermanos con criaturas inspiradas en las mitologías nórdicas. El primero de ellos, escrito junto a Ingela Korsell e ilustrado por Henrik Jonsson es 'El bastón maldito' (Destino). Le ha seguido ya un segundo título, 'El perro fantasma'.

Los nórdicos, también

Algunos de los primeras espadas de la novela negra nórdica se han dirigido a un público más claramente infantil. Camilla Lackberg ('Super Charly' y 'Super Charly y el ladrón de peluches', 'Maeva') con la serie de 'El doctor Proctor': cuatro títulos publicados en castellano y catalán por La Galera.  Nesbo se aleja de las vivencias torturadas de su detective Harry Hole con títulos jocosos como 'El doctor Proctor y los polvos tirapedos', 'El doctor Proctor y la bañera del tiempo'…

Quien sí intentó actualizar la fórmula del joven detective fue Harlan Coben, autor de 'Refugio' (Molino, 2011), inicio de una serie que no ha tenido continuidad en sus traducciones al castellano. Tampoco han sido precisamente exitosas las obras infantiles y juveniles del escocés Philip Kerr. Con el pseudónimo de P. B. Kerr y tras decidir cambiar de tercio después de publicar su trilogía Berlin Noir protagonizada por el renuente SS Bernie Gunther, probó todos los palos, incluida una serie de fantasía juvenil de la que en España solo se publicaron entre 2004 a 2006 los tres primeros títulos, 'El enigma de Akenatón', 'La Djinn Azul de Babilonia' y 'La cobra rey de Katmandú', escritos en plena 'fiebre Harry Potter'.