Chico César: «Tengo algo de gitano, de espíritu libre e indómito»

Entrevista con el cantautor brasileño, que actúa este miércoles en la sala Barts

El cantautor brasileño Chico César, en una imagen promocional.

El cantautor brasileño Chico César, en una imagen promocional.

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En 1999 irrumpió como invitado de Pedro Guerra en el Palau, cantando Daniela a medias, y en los siguientes años sus canciones de tacto acústico, aromáticas, enraizadas en los ritmos afrobrasileños, se prodigaron en nuestros escenarios (Blues & Ritmes, Bikini, Romea, Mercat de les Flors), pero le habíamos perdido la pista desde su última visita en el 2006. Como poco antes Gilberto Gil, Chico César ha ocupado un cargo político, Secretario de Cultura de su estado natal, Paraíba, y en abril publicará su primer disco con material nuevo en siete años, Estado de poesia. Este miércoles actúa en Barts (21.00 horas). Habló con este diario por teléfono el día que cumplía 51 años, 26 de enero.

-Tras su etapa en la política, ¿llegó el momento de recuperar su vida como artista?

-Recuperar no exactamente, porque en este tiempo no he parado mi carrera musical; no dejé de componer ni de publicar discos, aunque es cierto que no he hecho discos con canciones inéditas. No podía alejarme muchos días seguidos de Brasil, excepto en vacaciones, debido a mi trabajo, pero aún así he actuado varias veces en Europa estos años, no en Barcelona. Mi vida es algo integral, un todo: un hijo no deja de serlo cuando pasa a ser padre, y no deja de ser padre por el hecho de ser marido. Somos seres complejos que podemos hacer varias cosas al mismo tiempo, mientras administremos bien el tiempo y tengamos energía.

-¿Cuál es su balance de sus años como Secretario de Cultura de Paraíba?

-Primero fueron dos años en la capital de Paraíba, João Pessoa, y luego otros cuatro en el estado. Había trabajo por hacer en el acercamiento de la cultura al ciudadano, en la paridad, y también en aspectos estructurales del departamento. Creo que hemos avanzado mucho, aunque hace falta tiempo para que cristalicen todas las conquistas.

-¿Esa experiencia en la política, tendrá algún influjo en su música?

-Trabajar en mi estado de origen ha sido importante porque me ha acercado un poco más a mis raíces, y me ha hecho ver que muchas cosas que me gustan de mí tienen que ver con Paraíba. También me ha hecho pensar en la exploración del ser humano por el ser humano; de los niños, las mujeres, los trabajadores... Creo que todo eso se aprecia en mi nueva música. Por otra parte, en el nuevo disco todos los músicos que tocan son de Paraíba.

-¿Mantiene su fidelidad al sonido acústico como acto de rebeldía frente al pop global?

-En el disco hay sonidos acústicos y también eléctricos. Lo importante es que la música comunique y transmita tu punto de vista, tu subjetividad, sin artificios. Lo grabamos en un estudio pero en directo, tocando todos al mismo tiempo, y tiene un sonido muy vivo, un poco como los discos de los años 70. Todas las canciones son inéditas excepto la que le da título, Estado de poesia, que grabó no hace mucho Maria Bethânia. Y tengo otro proyecto: un disco con Richard Galliano.

-¿El acordeonista? ¿De qué tipo de disco se trata?

-Ya está grabado, lo hicimos rápido y directo, con composiciones de Luiz Gonzaga, Jackson do Pandeiro, cosas suyas y mías... Galliano es un músico con una enorme experiencia; ha tocado con Piazzolla y mucha otra gente. Es una persona llena de pasión, como yo, que tengo algo de gitano, de espíritu libre e indómito. Tocar con él me transmite fuerza.

-Gonzaga y Pandeiro siempre han sido sus fuentes primordiales.

-Sí, y fuera de Brasil, los africanos, con Ray Lema, con quien he colaborado en grabaciones y conciertos. Hace tiempo que planeamos grabar un disco entero juntos que sea el fruto de esa relación de afecto.

-Su relación con Pedro Guerra quedaba muy lejos, pero en el 2013 él le invitó a su disco 30 Años, y recuperaron su clásico A primera vista.

-Con el argentino Pedro Aznar, que también la grabó hace años. A primera vista es importante y demuestra cómo, por encima del show business, una canción puede unir voces, familias, países... Porque a raíz de la colaboración con Pedro Guerra conocí a Luis Pastor, de quien produje un disco que grabamos en Brasil (Pásalo, 2004), y años después he compartido escenario con el hijo de Luis, Pedrito, a quien recuerdo como un crío que correteaba por su casa.