Sitges espanta la crisis

Un festival acostumbrado a lidiar con criaturas en principio tan poco amigables como vampiros, zombis, alienígenas, brujas y demonios debe tener, por fuerza, muy desarrollado el instinto de supervivencia. La crisis, en forma de recortes y falta de financiación, está dejando exhausto el mundo del cine, de la cultura en general, pero el Festival de Cinema Fantàstic de Catalunya mantiene el pulso vital en una actitud encomiable, casi heroica. Este año, sin ir más lejos, el presupuesto de Sitges (1,6 millones de euros) es un 14% inferior al del 2012, pero ya se han vendido más entradas que el año pasado a estas alturas. Y la oferta, aun siendo menor en cantidad (hay un día menos de festival), sigue siendo sencillamente inabarcable, con 150 títulos de todos los subgéneros imaginables: la ciencia ficción, la intriga psicológica, el horror caníbal, la comedia sanguinaria o el terror diabólico. El lugar perfecto para huir, desde el viernes y hasta el día 20, de las espantosas miserias del día a día.

EL BUEN CINE

«El buen cine se escribe con efe de fantástico», afirmó ayer el director del certamen, Ángel Sala, en su presentación oficial. Pasan los años y la crisis no remite, pero la vitalidad del cine de género sigue siendo indesmayable. «La crisis es una oportunidad para la irrupción de nuevos formatos y expresiones. Y el fantástico tiene una salud de hierro. Es una gran noticia que un filme de ciencia ficción como 'Gravity' sea número uno en la taquilla de muchos países», expresó Sala, un tipo inasequible al desaliento que quiso eliminar, un año más, los enojosos estereotipos que recaen sobre la clientela habitual de Sitges. Ya saben: el gueto de 'freaks', las películas 'rarunas', todas esas cosas. «No se engañen: Sitges es un festival abierto a todos. A los militantes del género, por supuesto, que lo dan todo para mantener vivo el festival; pero sobre todo para el público al que le gusta el buen cine. Y el mejor cine que puede verse hoy es el fantástico».

LA PRESENCIA CATALANA

Lastrado por la penuria económica, el cine local no vive su mejor momento, eso está claro. Aun así, habrá en Sitges-2013 una nutrida representación de cine hecho aquí. «Se trata, sin embargo, de un cine pensado con vocación muy global», matizó Sala. Por ejemplo, la película que alzará el viernes el telón, 'Grand Piano', una estilizada intriga hitchcockiana dirigida por Eugenio Mira ('Agnosia') con Elijah Wood y John Cusack como antagonistas.

La sección oficial a competición tendrá tres películas con presenciay/o capital catalán: 'Mindscape', 'thriller' psicológico que supone el debut en el largometraje de Jorge Dorado, producido por Jaume Collet-Serra ('La huérfana') y protagonizado por Mark Strong y Taissa Farmiga; 'Hooked up', ópera prima de Pablo Larcuen rodada con un iPhone en la que dos turistas americanos con ganas de fiesta descubren el lado, digamos, oscuro de Barcelona; y 'Retornados', acercamiento al universo zombi a cargo de Manuel Carballo ('La posesión de Emma Evans'). Fuera de concurso, una de las propuestas más esperadas es 'Los inocentes', un 'slasher' dirigido por 12 directores surgidos de la ESCAC.

LAS 'CELEBRITIES'

Uno de los aspectos que dan más lustre a un festival es la presencia de celebridades: directores, actores, productores, técnicos... Para la grey de Sitges, la idolatría llega a cotas de delirio, por lo que es básico alimentar el apetito del fan con nombres ilustres. Los recortes han hecho daño, sí, pero, tranquilos, la presencia de 'celebrities' está garantizada. El prolífico director japonés Takashi Miike ('Audition') recibirá el Gran Premio Honorífico del festival. Este año no habrá Maria Honorífica, pero sí Màquines del Temps, que recaerán en el actor Charles Dance, los directores Renny Harlin y Alex van Warmerdam, y el compositor Pino Donaggio. El Premio Nosferatu será para el actor mallorquín Simon Andreu, en reconocimiento a sus 50 años de carrera y su participación en filmes icónicos como 'Viaje a ninguna parte, El mar' o 'La novia ensangrentada'.

EL CONCURSO

La sección oficial cuenta esta año con 28 películas, ocho menos que en el 2012, pero eso no impide que la lista esté repleta de nombres consagrados: Eli Roth con el 'slasher' caníbal 'The green inferno'; Jim Jarmusch con la historia vampírica 'Only lovers left alive'; Nicolas Winding Refn con el hiperviolento 'thriller' 'Only God forgives'; Johnny To con el policial hongkonés 'Blind detective'... Y, más allá de los nombres, una recomendación personal de Ángel Sala, que quiso destacar «el primer documental que opta al gran premio»: 'Jodorowsky's Dune,' de Frank Pavich, sobre el delirante proyecto del inclasificable director francés de origen chileno para llevar al cine la novela de Frank Herbert.

FUERA DE COMPETICIÓN

Sitges vuelve a ofrecer en sus secciones no competitivas algunos de sus grandes reclamos: 'Insidious: Capítulo 2', de James Wan; 'La danza de la realidad', del citado Jodorowsky; 'Patrick', de Mark Harley; 'The wind rises', de Hayao Miyazaki; 'Machete Kills', de Robert Rodríguez; 'The world's end', de Edgar Wright; 'Byzantium', de Neil Jordan; 'Real', de Kiyoshi Kurosawa; 'The call', de Brad Anderson, 'Wrong cops', de Quentin Dupieux; 'Wolf Creek 2', de Greg McLean; 'The zero theorem', de Terry Gilliam... La clausura del festival correrá a cargo de Ti West con su esperado relato sobre sectas 'The sacrament'.

LA ESTUPENDA LETRA PEQUEÑA

Los estímulos de Sitges no se encuentran solo en los grandes estrenos; están también en la letra pequeña. En la programación de este año disfrutaremos de 'Prince avalanche' (cine 'indie' cómico y melancólico de David Gordon Green, un protegido de Terrence Malick), 'Computer chess' (comedia situada en los 80 sobre un torneo de ajedrez entre ordenadores y humanos), 'Blackfish' (estremecedor documental de denuncia sobre orcas en cautividad) y la adaptación de la shakesperiana 'Mucho ruido y pocas nueces' a cargo de Joss Whedon, director de 'Los Vengadores' y creador de la serie 'Buffy, cazavampiros'; búsquenla por el título original de la obra,'Much ado about nothing'.