En La Sexta se percibe cacao

En su programa 'Al rojo vivo' (La Sexta), <b>Antonio García Ferreras</b> cada mañana prepara unos espectaculares rótulos que va incrustando en pantalla y que dicen: «El dilema del PSOE: abstención o elecciones», y también «El PSOE, entre el 'no' y la 'abstención'». Y bajo estos enunciados, cada día nos inculca la misma idea: que la nueva cúpula del PSOE está dudando en si abstenerse o decir «no» a la investidura de Rajoy. O sea, su mensaje televisivo es persuadirnos, convencernos, de que la nueva gestora que ha desbancado a Sánchez -muy bien desbancado, según este programa- no ha tomado todavía ninguna decisión, porque está estudiando concienzudamente los pros y los contras de cada una de las dos opciones.

¡Ahh! Es una labor de sugestión televisiva interesante. Desde un punto de vista de comedia teatral, es impecable. Por la noche, en cambio, en esta misma cadena, la tropa de <b>Wyoming</b>, o sea '<strong>El intermedio</strong>', se encarga de contarnos la historieta de manera bien distinta. En un tono de cachondeo bárbaro acaba de salir Dani Mateo diciendo, de manera entusiástica: «¡Nosotros queremos echarle una mano al PSOE!».

Y para ayudarles han escenificado tres estrategias, tres modus operandi, que les permitirían abstenerse con comodidad. Una: provocar un apagón en el Congreso y que cuando vuelva la luz, patapam, Rajoy ya aparezca investido presidente. Dos: montar una pelea, un altercado, y que el fragor de la batalla tape lo que votan los diputados. Y tres: meter en el hemiciclo a una hermosa activista semidesnuda, con el frontis al aire, tipo Femen, y así, desviando la atención, España no se enteraría de lo que votan los diputados. Hombre, son ingeniosidades muy despendoladas.

Pero aquí, lo interesante es lo que El intermedio nos está diciendo con su sarcasmo. Nos dice exactamente lo contrario de lo que intenta inculcarnos Ferreras en Al rojo vivo cada mañana. O sea, nos dicen que ni duda, ni estudio concienzudo de pros y contras, ni nada. La orden de la abstención ya está dada, cosa que mi canario flauta ya sospechaba desde hace al menos cuatro semanas, cuando despacharon a Sánchez. Ahora solo queda por resolver un detalle: cómo hacerlo sin que se note demasiado. Es decir, disimulando.

¡Ah! Estos días en <strong>La Sexta</strong> debe haber escenas tremendas cuando se cruzan Wyoming y Ferreras por los pasillos de la casa. Ese sí que sería un gran reality. Podría titularse Algo pasa en La Sexta. Éxito asegurado.