Un seductor Beethoven en el Auditori

Un buen final del breve ciclo dedicado por la OBC a Beethoven con obras centradas en el lucimiento para los solistas. En esta ocasión le tocó el turno al seductor 'Concierto para violín, piano y violoncelo, opus 56', el único escrito por el autor de Bonn para más de un instrumento protagonista. Y tal como ocurrió con Rudolf Buchbinder la semana anterior, en su doble faceta de director y pianista, la participación de instrumentistas de lujo como Khatia Buniatishvili, Renaud Capuçon y Edgar Moreau dio espectacularidad a las tres citas del fin de semana. La interpretación por la orquesta de 'Segunda' de Karl Nielsen y una pieza de homenaje al compositor danés de Joan Albert Amargós completaron el programa.

Un entregado Auditori aclamó a los intérpretes del singular 'triple' de Beethoven. Y no era para menos. El estelar trío de músicos dialogó sin fisuras y con notable ensamblaje con la orquesta dirigida por su titular, Pablo González. Tras un inicio introductorio de la orquesta del 'Allegro' y con un tema central esbozado por chelos y contrabajos, cada uno de los solistas tuvo fases de protagonismo.

La expresividad del 'Largo' del segundo movimiento enlazó con el 'Rondo alla polaca' final interpretado con el ritmo y carácter de una polonesa. Particularmente brillante durante todo el concierto fue la aportación de Moreau, que exhibió todo el virtuosismo que la obra concede al violoncelo. El magnífico sonido del violín de Capuçon y el elegante y vistoso respaldo de Buniatishvili al piano, en un rol no demasiado exigente para ella teniendo en cuenta su talento, hicieron el resto.

La OBC imprimió su sello en la 'temperamental' sinfonía de Nielsen, que recrea los recovecos de la personalidad humana, y ofreció una pulida versión de 'En la solitud', la pieza de Amargós esquematizada en pequeños 'leivmotivs' y en dos envolventes temas principales.