ESTRENOS DE CINE DE LA SEMANA

Russell Crowe: «Dirigir me permite comprar mi propia libertad»

El actor estrena su primera película como director, El maestro del agua, que también protagoniza

El actor Russel Crowe, que estrena 'El maestro del agua'.

El actor Russel Crowe, que estrena 'El maestro del agua'.

NANDO SALVÀ
BARCELONA

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Este viernes Russell Crowe estrena en España su primera película como director, El maestro del agua, que también protagoniza. Situada en el contexto de la batalla de Galípoli, que hace ahora 100 años enfrentó a las fuerzas del ANZAC -Ejército conjunto de Australia y Nueva Zelanda- con las del Imperio otomano, se sirve de la historia de un granjero que viaja a Turquía para recuperar los cuerpos de sus tres hijos muertos en combate para meditar sobre el coste de la guerra.

-Usted es neozelandés, pero su película se pone tanto del lado turco como del de las fuerzas del ANZAC. ¿Siente que la historia de Galípoli no se ha contado correctamente?

-Sí, me siento avergonzado de todos esos minutos de silencio que he guardado a lo largo de mi vida en recuerdo del sacrificio que los soldados australianos y neozelandeses hicieron en Galípoli, porque en ningún momento pensé en el que hicieron los soldados turcos. Al fin y al cabo nosotros los invadimos. Sé que la palabra invasión es muy dura, y a mucha gente le resultará molesto que hable en estos términos, pero es lo que sucedió. En todo caso, he querido mostrar la valentía y la compasión de ambos bandos.

El maestro del agua es la historia de un hombre que se enfrenta a la pérdida de sus hijos. ¿Cómo le ha afectado el hecho de ser padre a la hora de hacerla?

-En buena medida la hice para que mis dos hijos supieran lo que pienso de la guerra. En cuanto tienes hijos empiezas a verlo todo desde la perspectiva de un padre. Mientras rodaba la película pensaba no solo en mis críos, sino también en los padres de todos esos soldados que murieron en Galípoli. Lo que me dio el poder y la energía para hacerla no fueron los 44 años que llevo frente a una cámara, ni los 25 que llevo haciendo papeles protagonistas, sino mi amor paternal.

-Ha dicho que se considera la única persona que podía contar esta historia correctamente. ¿Por qué?

-Probablemente porque soy un arrogante, pero es que para ser un buen director tienes que serlo. Si no tienes seguridad en ti mismo estás perdido, y eso es algo que he aprendido gracias a mi trabajo a las órdenes de maestros como Ridley Scottt, Ron Howard o Darren Aronofsky. Y lo cierto es que nunca dudé de mi capacidad como director. Como digo, llevo actuando desde los 6 años y mi interés por el cine siempre ha sido global. Pasar de un lado de la cámara al otro ha sido una transición natural para mí.

-¿Y por qué ha tardado tanto en hacerlo?

-Bueno, en el 2003 estuve a punto de dirigir una película. Iba a ser un thriller urbano contado desde numerosos puntos de vista. Pero, mientras lo preparaba, sentí que aquel proyecto era un error. Obtuve financiación inmediatamente, y todo el mundo me decía que sí a todo. Era obvio que la película les importaba un carajo, tan solo querían aprovechar el tirón de mi nombre. En todo caso, de haber sabido que iba a tardar tanto tiempo en volver a tener un proyecto entre manos, tal vez me lo habría pensado dos veces antes de rechazarlo.

-Pero, ¿qué le impulsó a querer dirigir en primer lugar?

-La vida de un actor está llena de altibajos y supongo que dirigir me permite comprar mi propia libertad. El problema es que, ahora que he empezado, me he dado cuenta de que tengo que seguir explorando este nuevo territorio para sentirme bien conmigo mismo. Pero, ¿y si resulta que no sirvo? Estaré atrapado entre lo que hago para costear mi vida y lo que quiero hacer. Pero es un riesgo que quiero correr.

-¿Es que la interpretación ya no le llena?

-Yo no diría tanto. Mi relación con la profesión ha cambiado, aunque lo llevo bien. Tienes que estar preparado para aceptar que en la carrera de un actor hay diferentes etapas. Yo no puedo ser Gladiator de por vida. Más o menos hasta que cumplí 47 años ni siquiera pensaba en la edad, pero ahora tengo 51. Lo bueno es que la vanidad que azota a tantos actores a mí no me ha afectado. Sí, tengo canas, ¿qué problema hay?

-¿Diría que la edad lo ha amansado? En su entrada de la Wikipedia existe un apartado que se titula Altercados y controversias... 

-No sé si es cuestión de edad. La fama me pilló desprevenido y no supe lidiar con ella. Era una situación muy inusual. Ahora lo llevo mucho mejor. No sé si la prensa se siente intimidada por mí, pero el caso es que me dejan más tranquilo.