El atlas de las nubes Tom Tykwer y Andy & Lana Wachowski El nuevo oráculo de Wachowski

Vea el tráiler de 'El atlas de las nubes' con el móvil o en e-periodico.es

Aunque crearon uno de los mundos paralelos más notables de la reciente ciencia-ficción cinematográfica con Matrix, la capacidad para la sugerencia de los hermanos Wachowski siempre está muy por debajo de su predisposición a la épica barroca, una cierta estridencia audiovisual y la pomposidad narrativa: Andy y Lana Wachowski saben que hacen espec-

táculos muy caros, pero eso no quiere decir que consigan películas más grandes que la vida.

A la saga Matrix, alambicada por que si, le salvó su estética, pero la estética de El atlas de las nubes no es tan rompedora. Este es un cuento muy new age sobre la conciencia, la opresión social y la libertad individual, cuya originalidad reside en construir un nutrido grupo de historias en diversas fases temporales --de finales del siglo XIX a un futuro oscuro-- y que cada una de ellas esté contenida en la anterior. Vidas cruzadas a lo Altman-Carver aunque con tonalidad fantástica, porque la aportación de los autores, en relación a la novela original de David Mitchell que adaptan, reside en convertir en una sola historia --o en un solo fluido argumental-- lo que en el libro son seis relatos independientes.

En este sentido, el camaleonismo cómplice de los actores juega a favor de la propuesta y el discurrir distinto del tiempo también, aunque El atlas de las nubes pretenda fijar su interés también en una puesta en escena entre retro, almibarada y épica en la que, pese a que los Wachowski han realizado tres fragmentos y Tykwer otros tres, todo parezca estar ocurriendo en idéntico momento, en idéntico nivel de conciencia. Por ahí se aprecia mejor el filme, en el fluido del tiempo sin prestar atención a las diferencias entre épocas y escenarios.