El libro de la semana

El misterio de la ladrona de libros

 El escritor guatemalteco Rodrigo Rey Rosa vuelve a las librerías con 'Severina', una brevísima novela -solo tiene 110 páginas- que retrata la búsqueda agónica de un sentido de la existencia anclado en lo cotidiano. El lector puede ver en Severina a distintas mujeres, y eso es así porque en ningún momento deja de tener la sensación de que el autor no se lo está contando todo.

Rodrigo Rey Rosa confirma con 'Severina' que tiene claro quién es y qué hace en la literatura

La antigua librería Herder de Barcelona.

La antigua librería Herder de Barcelona.

RICARDO BAIXERAS

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La producción literaria del escritor guatemalteco Rodrigo Rey Rosa (Guatemala, 1958) se caracteriza por una singular maestría en los cuentos y en las piezas breves. Es sabido que los mimbres con los que construye sus textos están confeccionados por una prosa estrechamente ligada a la concisión y por una reiterada y fecunda obsesión no por acumular sonidos y sentidos, sino por recortarlos. La narratividad (el qué de la historia) se adelgaza hasta la extenuación. Pero esta sobriedad del estilo no puede ni debe ser confundida con una aparente sencillez, pues evitar la afectación en literatura es, a buen seguro, el camino más corto para ganar la gloria. La sorprendente austeridad y economía de medios de Rey Rosa se ha convertido en legendaria y con razón.

Si una de las ineludibles marcas de la casa es la construcción de unos ambientes asfixiantes y opresivos que son capaces de devorar a los propios personajes, si para Rey Rosa la cotidianeidad no es nada más que el reverso irregular de lo irracional y si para el autor deNingún lugar sagradolos mundos paralelos están teñidos siempre de una inusual incomunicación que atenazan sin remedio el vivir de los personajes, entoncesSeverinaviene a confirmar la carrera de un escritor que parece tener muy claro quién es y qué hace aquí, en el mundo de la literatura.

Porque la brevísima novela que entrega ahora Rey Rosa es también a su modo y si se quiere la búsqueda agónica por un sentido de la existencia anclado en lo más cotidiano. Sin que apenas el lector se dé cuenta, la prosa austera y lacónica de Rey Rosa le va ganando terreno en la batalla por una historia de lo más real, pero cuya inquietante realidad parece que no pueda ser narrada solo con la verdad de los hechos.

Si el lector quiere ver en el personaje extraordinario deSeverinasolo a la ladrona de libros que hace enloquecer al narrador y dueño de la librería La Entretenida, convirtiendo su vida en una carrera hacia ninguna parte, puede hacerlo. Si quiere ver en esta mujer que irrumpe en la librería, «esas gusaneras de ideas», al motor que desencadena el torbellino en el que se va a convertir la vida de ambos, bajo la atenta mirada del abuelo de esta, transformado por momentos en su marido y preceptor, tendrá los más inequívocos argumentos.

Lo poco que se cuenta aquí (una mujer y ladrona de libros provoca en el narrador «una aventura puramente sentimental») produce en el lector la sensación constante de que no se está contando todo, de que tras los pocos sucesos que se narran hay miles que no se están relatando, que tras el mundorealde Severina (robar libros, acompañar a su abuelo hacia una muerte tranquila y anónima, no tener documentos que acrediten su vida) se esconde un mundo paralelo sostenido por la fuerza envolvente de lo irracional.

HISTORIA DE DOS ALMAS / «Es en este sentido que elquizáque focaliza el final de la novela («Y quizá también algún día Severina se arrancará de un tirón unos pelos y los esparcirá sobre mi cuerpo») es la cifra de todo el texto y, tal vez, de toda la literatura de Rey Rosa. Quizá es esta la historia de Severina, la anónima mujer que hizo enloquecer a un librero, pero, quizá, pudo ser otra. Su historia es también la historia de dos almas que conciliaron sus propias soledades porque estaban condenadas a encontrarse.

No deja de ser sorprendente que el vaivén en el que sitúa Rey Rosa a sus personajes pueda ser leído como una falta de sentido de nuestros más pequeños quehaceres contemporáneos: el salto al vacío que se propone aquí (siempre queda algo por contar) no se mitiga ni con la fuerza irremediable de lo ignoto.

SEVERINA Rodrigo Rey Rosa Alfaguara. 110 páginas. 16 €