PROTESTA POR EL IMPUESTO QUE GRAVA LA CULTURA

La música clama en silencio contra el 21% de IVA

El 90% de las salas cerraron y se entregaron 225.000 firmas en el Congreso

Protesta de representantes del sector de la música en directo, ayer, frente al Congreso de los Diputados.

Protesta de representantes del sector de la música en directo, ayer, frente al Congreso de los Diputados.

BEATRIZ MARTÍNEZ
MADRID

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Falta un mes para que se celebre el Día de la música, pero este miércoles, 20 de mayo, no fue precisamente una jornada de fiesta, sino de reivindicación. Un día sin música se hizo visible a través de un manifiesto, una concentración en la plaza de Neptuno en Madrid, músicos y promotores con esparadrapos en la boca, salas de conciertos cerradas para apoyar la protesta y 225.000 firmas recabadas a través de la plataforma Change.org (muchas de ellas pertenecientes a artistas y personalidades del mundo de la cultura) y depositadas en el Congreso para intentar denunciar la situación de desamparo que sufre el sector de la música en directo.

«Esta iniciativa surge después de que se haya intentado negociar en vano con el Gobierno desde 2012. Estamos asfixiados, ya no podemos más», contó Soco Collado, directora gerente de la Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo (ARTE), que junto a otras siete entidades, entre ellas dos catalanas, la Associació Professional de Representants, Promotors i Managers de Catalunya (ARC) y la Associació de Sales de Concerts de Catalunya (ASSACC), han puesto en marcha este proyecto que supone un grito (mudo) de auxilio.

«Lo hemos intentado todo, demostrarles con cifras y datos que esta subida no beneficia a nadie. Ni al sector, ni a los consumidores y tampoco a las arcas del Estado», añadió.

Hasta el momento en el que se aprobó la subida del IVA cultural al 21%, los espectáculos musicales se habían mantenido en torno al 8%. Ese aumento de 13 puntos con respecto a la cifra original supuso un auténtico mazazo para un sector muy castigado por la crisis incluso antes de que esta se manifestara.

Graves repercusiones

«Esta medida ha imposibilitado que cualquier empresario pueda tener un margen de beneficios, porque no se podía subir más el precio de las entradas en una situación tan asfixiante para los consumidores. El resultado ha repercutido gravemente no solo a la hora de traer a artistas internacionales, sino también a la hora de generar nuevas iniciativas y apostar por artistas emergentes», explicó Armando Ruah, coordinador de la Asociación Estatal de Salas de Música en Directo. Y la gran realidad es que la facturación dentro del sector ha caído un 28% mientras que la oferta cada vez se presenta más y más exigua.

«Es una vergüenza que un país como el nuestro, cuna de grandes figuras de la música, se encuentre en esta situación», afirmó Soco Collado. «Se les llena la boca con eso de la marca España mientras se encargan de sabotear a esos mismos artistas».

Rostros conocidos

Quizás por esa razón, son muchos los rostros conocidos dentro de la música quienes han secundado la iniciativa. Desde Alejandro Sanz o Miguel Bosé pasando por Vetusta Morla, Estopa, Luis Eduardo Aute, Joaquín Sabina o Kiko Veneno. Y Joan Manuel Serrat, uno de los primeros en sumarse al anular el concierto que tenía programado para ayer en Madrid.

En Barcelona, las dos únicas salas que abrieron, Jamboree y Tarantos, que no pudieron eludir los conciertos programados por estar dentro de giras internacionales, se declararon «totalmente de acuerdo con las reivindicaciones». El Liceu mantuvo también la ópera Così fan tutte porque la suspensión, según el teatro, hubiera tenido un impacto negativo de 193.000 euros para el teatro.

Todos los grupos de la oposición han respaldado Un día sin música, mientras el Gobierno ha hecho oídos sordos ante una situación a la que no parece querer encontrar una solución. Mientras tanto, el 90% por ciento de las salas del país permanecieron ayer cerradas, silenciadas y con sus escenarios vacíos.

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