RECITAL DE LA LEYENDA POP EN MADRID

Un McCartney integral

El músico recorrió su trayectoria en el Vicente Calderón a través de los Beatles y los Wings

Paul McCartney, en un momento de su actuación de anoche en el estadio Vicente Calderón de Madrid.

Paul McCartney, en un momento de su actuación de anoche en el estadio Vicente Calderón de Madrid.

JORDI BIANCIOTTO

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Se acabaron los años de la prudencia, del complejo, del no querer presumir de triunfador beatle. Paul McCartney es hoy lo más parecido que nos queda a lo que un día fueron los 'Fab four', fallecidos LennonHarrison y hasta George Martin, y acomodado Ringo Starr en ese sonriente balneario que es la All Starr Band. 'Macca' ya tiene edad (74 años que cumplirá el día 18) para observar su legado, el suyo y el del grupo, y presumir de él, y a eso se dedicó este jueves en Madrid, en un estadio Vicente Calderón que bordeó el lleno para recorrer cinco décadas largas de memoria pop.

Apareció alzando los brazos, con gestos de triunfo y luciendo su bajo Hofner, con irónica forma de violín. Sin manías, abriendo nada menos que con 'A hard day's night'cuidando desde el primer acorde despeinado de guitarra. La fidelidad a las versiones originales es una constante de esta gira, 'One on one', que no pasa por Barcelona (donde actuó por última vez en el 2003) y la principal diferencia con las tomas discográficas se apreció en su voz, que sonó vapuleada en muchos momentos. Pero McCartney se las ingenió para casar historia y vigor, todo un logro, y sus retrocesos en el tiempo (tras 'Save us', una de las pocas citas a su última obra, 'New', cayó 'Can't buy me love') dejaron una impronta rejuvenecida. Algo tuvo que ver en eso su banda, con piezas que han jugado un papel en su historial moderno, como el guitarrista Rusty Anderson.

REPERTORIO AMPLIO

El buen humor forma parte del canon escénico de McCartney, que saludó con modos castizos («¡Hola, Madrid! ¡Hola, España! ¿Qué pasa, troncos?») antes de proceder a un recorrido antológico que fue más allá del guión ordinario de la leyenda (presentación del nuevo trabajo y cuota de clásicos) sino que se detuvo en capítulos intermedios no siempre populares.

El McCartney que en los 80 juguetó con la electrónica de tacto casero ('Temporary secretary') y el que encabezó aquella banda, los Wings, que días atrás calificó de «terrible» en la BBC. Tan duro no sería aquello, Paul, dado que 'Letting go', la 'bluesy' 'Let me roll it' y 'Nineteen hundred and eighty-five' asomaron velozmente en el repertorio. El McCartney de su más despierta madurez: 'My Valentine', que dedicó a su tercera esposa, Nancy Shevell.

        FERRAN SENDRA

       

Paul McCartney con otros componentes del grupo.

                   

Y el McCartney 'beatle', claro. Modificando la selección respeto a giras pasadas (no sonaron piezas como 'All my loving', 'Sgt' Pepper's lonely hearts club band' o 'The long and winding road'), y sorprendiendo con una furiosa 'I've got a feeling', del álbum de la discordia, 'Let it be', y con la remota 'In spite of all the danger', que compuso con George Harrison en los tiempos de The Quarrymen. «La primera canción que grabamos con los Beatles», anunció. Pero tratándose del grupo de Liverpool, tocar cinco canciones seguidas sin citar algunos clásicos universales es casi imposible.

Hubo para dar y vender: 'Here, there and everywhere', 'Maybe I'm amazed', 'We can't work it out', 'Love me do' y un 'And I love her' que sonó casi como cantado al oído y nos hizo olvidar que estábamos en un estadio. Y 'Blackbird', embrujada. Ahí dio McCartney los mejores registros vocales de la noche. Con guitarra acústica, pero sin darle un tratamiento de 'set' acústico. Un concierto de estadio sin escenarios alternativos ni pasarelas. ¡Viva!

Recital sin apenas golpes de efecto más allá de los que las canciones pudieran suministrarnos. McCartney, llevando a su mundo el recuerdo de Lennon en 'Here today' («la escribí pensando en John») y sentándose al teclado para prolongar el homenaje con una cita a 'Give peace a chance' coreada por el público. Evocando a George Harrison con una sentida toma de 'Something' que comenzó tocando, atención, con ukelele.

CITAS CON LA HISTORIA

Regresó al presente de 'New' y una acústica 'FourFiveSeconds', la canción que cocinó el año pasado con Rihanna y Kanye West y que provocó que algunos jóvenes fans de estos se preguntaran en la red quién diantre era ese tal Paul McCartney. Pues verán, es el autor, o coautor, de 'The fool on the hill' y 'Lady Madonna', de 'Eleonor Rigby' y 'Being for the benefit of Mr. Kite!'canciones del siglo XX, allá a lo lejos, que sonaron en el Calderón tan cargadas de significados. Como 'Band on the run', 'Back in the USSR', 'Let it be', 'Hey Jude', 'Yesterday'..., salpicando el trayecto final hasta 'The end'. Cargando con peso histórico, pero dispuestas a renacer noche tras noche en su única voz posible, vencedora aunque llena de cicatrices.