Matthias Schoenaerts: "Si no puedes cumplir tus promesas, no vales nada"

Su imponente presencia física y su intenso carisma lo han llevado a ser apodado "el Marlon Brando belga" y lo han convertido en uno de los actores más solicitados tanto del cine europeo como del estadounidense. Después de darse a conocer internacionalmente gracias a 'Bullhead' (2011), Matthias Schoenaerts volvió a trabajar con el director Michael R. Roskam en el 'neo-noir' 'La entrega' (2014) y ahora lo ha hecho una vez más en la película que acaba de estrenar en las salas españolas: 'El fiel', la historia del trágico romance entre un atracador de bancos y una piloto de carreras. 

Defina 'El fiel': ¿es una historia de amor sazonada de crimen o una de crimen sazonada de amor? Yo creo que, de una forma u otra, todas las películas hablan de amor, pero el cine negro suele tratarlo de forma muy superficial y eso es algo que nosotros hemos querido evitar. No quise repetir el estereotipo del gánster duro y gruñón, sino encarnar a un criminal que también es atento y elocuente, e incluso algo femenino en su comportamiento. Eso hace que la historia de amor sea mucho más creíble. Lo que más me interesa de los protagonistas de 'El fiel' es que se aman con locura pero no dependen el uno del otro. La dependencia implica adicción, sumisión y sufrimiento. Y no hay nada romántico en eso.

Durante el rodaje usted perdió a su madre. ¿Cómo lidió con ello? Fue una experiencia terrible, claro. Pasé semanas durmiendo junto a ella. Cada mañana me recogían del centro de cuidados paliativos donde estaba para ir a rodar y cada noche me dejaban allí de nuevo. Michael quiso cancelar la producción de la película pero yo no le dejé, porque mi madre me hizo prometer que seguiría rodando pasase lo que pasase. Y de eso precisamente habla la película: debes mantener tu palabra. Si no eres capaz de cumplir tus promesas, no vales nada. Es una pena que la lealtad haya perdido toda vigencia. Hoy en día, los políticos prometen una cosa un día y al día siguiente hacen todo lo contrario. Y estamos tan acostumbrados que incluso nos parece normal.

¿Ha llegado a procesar esa gran pérdida? No lo sé. Durante todo este tiempo he tratado de esquivar la depresión. Me digo: «Matthias, tienes que seguir moviéndote, siempre adelante». Es como en un combate de boxeo: si te quedas quieto, recibirás una paliza y caerás.  

¿La lealtad es algo raro en el mundo del cine? Bueno, 'El fiel' es mi cuarta colaboración con Michael, y también he trabajado en dos ocasiones con Thomas Vinterberg. Y, si lo piensas, el mundo del cine está lleno de sociedades fructíferas entre actores y directores. Por otra parte, es un negocio en el que las puñaladas por la espalda son bastante frecuentes. Por suerte yo todavía no he recibido ninguna. En mi vida personal, sí, pero ese es otro tema.

"Yo no moriré trabajando. Moriré descansando, en una casa de campo con piscina, con mi esposa y mis 90 hijos"

Su padre, Julien Schoenaerts, fue un actor de éxito en Bélgica. ¿Siempre supo que acabaría siguiendo sus pasos profesionales? En realidad durante muchos me negué a hacerlo; supongo que, como todo adolescente, quería seguir un camino totalmente opuesto al seguido por mis padres. Yo en realidad quería ser futbolista, y de hecho un equipo profesional llegó a fijarse en mí. Pero nunca fui suficientemente bueno. Acabé apuntándome a la escuela de arte dramático, pero me echaron.

Y, pese a ello, aquí está. ¿Qué pensaría su padre de su éxito? Yo creo que a él mi éxito no le impresionaría. Si algo aprendí de él es que lo más gratificante de ser actor no es el éxito profesional, sino lo que sucede entre actores y directores cuando la cámara está filmando. Eso es lo que yo disfruto. Lo que pasa antes y después del rodaje me interesa menos. Estoy seguro de que Leo Messi disfruta cuando está en el campo, no cuando tiene que hacerse fotos. A mí me pasa exactamente lo mismo.

Eso explica que haya rodado 10 películas en dos años… Sí, pero no vaya a creer que trabajaré siempre a este ritmo. Y, cuando me aburra, me dedicaré a otra cosa. No seguiré actuando con 80 años, eso seguro; solo tengo una vida. Hace poco rodé con Robert Redford y le pregunté: "¿Por qué sigues trabajando?". Él me contestó: "¿Sabes lo que les pasa a los actores de mi edad cuando dejan de rodar? Se mueren". Yo no moriré trabajando. Moriré descansando, en una casa de campo con piscina, con mi esposa y mis 90 hijos.