Gente corriente

Julio Jaleo: "Las personas no sabéis quién os mueve los hilos"

Marioneta. La estrella del Marionetarium del Tibidabo demuestra que los títeres, además de alma, también tienen una entrevista

«Las personas no sabéis quién os mueve los hilos»_MEDIA_1

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GEMMA TRAMULLAS

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Con su rostro anguloso y moreno, su camisa estampada, sus pantalones de tirantes y sus zapatos de músico de jazz de los años 20, Julio Jaleo es la imagen de la Compañía de Marionetas Herta Frankel, que tiene su sede en el Marionetarium del parque de atracciones del Tibidabo. Si algo le ha convertido en una marioneta tan popular es su salero, de ahí que haya sido elegido para dar una entrevista con motivo de un triple aniversario: 30 años de la compañía fundada por Fernando Gómez y Pilar Gálvez, 20 años de actuaciones en el Tibidabo y 10 años del estreno de Palabras para Julio. Esta entrevista no hubiera sido posible sin la inestimable colaboración de Oriol Pont, manipulador y voz de Julio [en la foto, en segundo plano]. Y ya sin más, con todos ustedes: ¡Julio Jaleo!

-Es mi primera entrevista con una marioneta. Porque es marioneta, ¿no? ¿O es títere? Títere es genérico, todos los muñecos que se mueven teatralmente son títeres, pero el títere de hilo se llama marioneta.

-Entendido. ¿Y de dónde es usted? Hace 30 años era un trozo de madera tirado en el muelle de Barcelona. Soy hijo de Paco Tilla y mi abuela era florista. O al menos eso es lo que pone en mi guion... Pero, entre nosotros, ¿sabe cuál es mi primer recuerdo?

-Adelante, sálgase del guion. El taller de Fernando Gómez. ¿No le parece muy sospechoso que te despiertes en un taller y veas a un señor? Yo diría que Fernando es mi padre de verdad.

-Creo que es su creador, sí. Al principio nací para ser el presentador de las marionetas del maestro Harry Vernon Tozer pero no pudo ser y acabé presentando las de Herta Frankel, que era una bailarina y marionetista de la compañía Los Vieneses.

-Herta fue famosa en los años 50 y en la primera etapa de TVE. ¿Usted la conoció? Sí, pero entonces ya estaba muy mayor y sus marionetas estaban guardadas. Eso me daba mucha pena... Pero al parecer le gusté y por eso dejó que Fernando restaurara su colección de marionetas y las devolviera al escenario. Así nació, en 1986, la compañía Herta Frankel.

-En 1996 se instalaron en el Tibidabo. Cuando Herta murió nos legó sus marionetas y no sabíamos adónde ir. ¡Son 600 personajes de los mejores maestros europeos de los últimos 70 años! Una noche Fernando vio el Tibidabo iluminado y fuimos a probar. Allí construimos el Marionetarium, que era teatro, museo, taller, escuela y archivo. Estrenamos Palabras para Julio en el 2006 y ahora se representa Una de pirates, protagonizada por los títeres que Zdenek Podhursky construyó en 1969 para la serie de TVE El País de la Fantasía. Yo volveré en noviembre para presentar un cabaret.

-Los niños de hoy nacen con un móvil bajo el brazo. ¿Es más difícil sorprenderles? Te hacen más fotos pero siguen flipando cuando ven que te mueves y no tienes botones. Las marionetas conservamos la magia. Cuando empezamos en el Tibidabo una niña de 5 años insistía en coger de la mano al payaso Karam. Miraba a los manipuladores y les decía: «No, no, contigo no; yo quiero ir a pasear con el payaso». Hoy esta niña, Mar, tiene 18 años y trabaja en la compañía.

-¿Usted tiene hijos? No, yo tengo hilos.

-Ja, ja, ja. ¿Y opiniones políticas, tiene? No. Mi política es la vida.

-Buena frase. ¿Podría desarrollarla? Mi política son los hechos, soy lo que hago y lo que pienso.

-Las personas usamos la palabra marioneta para criticar a quien se deja manipular. Pues yo, si veo que una marioneta hace cosas raras, le digo: «Hay que ver, pareces una persona». Me molesta que se use la palabra marioneta como insulto. Las marionetas nos dejamos llevar por naturaleza, somos así, pero las personas también se dejan manipular. ¿Sabe cuál es la diferencia?

-No, ¿cuál? Que las personas no sabéis quién os mueve los hilos y nosotras sí.