Gran tarde de Cristian Escribano, a hombros con Fandiño en Sonseca (Toledo)

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El diestro Cristian Escribano protagonizó hoy una gran tarde de toros en Sonseca (Toledo), donde salió destacado triunfador gracias a las cuatro orejas y un rabo que cortó en total, en un festejo en el que le acompañó también a hombros Iván Fandiño, que desorejó al primer toro de su lote.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Jaralta, desiguales de presencia, nobles y manejables en general, a excepción del reservón y complicado quinto. Destacó el sexto, de nombre "Lucero", número 35, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

Juan Bautista, oreja y silencio tras aviso.

Iván Fandiño, dos orejas y silencio.

Cristian Escribano, dos orejas, y dos orejas y rabo.

La plaza registró tres cuartos de entrada en los tendidos, en una corrida a beneficio de la Asociación Nacional de Síndrome Sturge Weber.

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OTRO QUE SE DESTAPA

Hay veces en las que, sin aparente explicación lógica, aparecen toreros que, a pesar de apenas torear, son capaces de hacer el toreo sin que esa falta de festejos se note en su tauromaquia. Fue el caso de Cristian Escribano, un torero que en Sonseca sorprendió a propios y extraños con dos faenas de aplomo y torería sin aspavientos.

A su primero, un toro de aspecto anovillado que punteó los engaños, le hilvanó un trasteo ligado, limpio a pesar del citado punteo, y con magníficos pases de pecho rematados en la hombrera contraria. Entró a matar con la verdad por delante, saliendo rebotado y dolorido en el hombro izquierdo, pero también con el premio de las dos orejas.

Más categoría aún tuvo su faena al sexto, el mejor toro -premiado con la vuelta al ruedo- de un muy manejable encierro de Jaralta.

En éste, Escribano, Cristian, disfrutó por los dos pitones, con un clasicismo natural sin aceleración ni alharacas, rematado con estocada de buena ejecución pero deficiente colocación, algo caída, que no fue impedimento para que se le concedieran los máximos trofeos. Torero que merece más atención este Escribano, Cristian.

Juan Bautista anduvo fácil con su noble lote, con momentos de toreo bonito, aunque no profundo. Falló más de lo acostumbrado en él con la espada, sobre todo en su segundo, al que pinchó en dos ocasiones antes de dejar una estocada entera desprendida.

Iván Fandiño apechó con el peor toro de la tarde, corrido en quinto lugar, un ejemplar ante el que estuvo breve, basto de hechuras, que se lo pensó y anduvo a la defensiva en todo momento.

Su primer trasteo tuvo el mérito de mantener tras la muleta sin que se cayera a un toro con calidad pero justo de fuerza, llevándolo a media altura en línea recta sin forzar su viaje. Lo mejor llegó en una tanda al natural en el tramo final de la faena.