GALARDÓN A UN GENIO DE LA IMAGEN

Francis Ford Coppola, el cineasta total

El director de 'El padrino' obtiene el Princesa de Asturias de las Artes

Francis Ford Coppola, en una fotografía del 2009.

Francis Ford Coppola, en una fotografía del 2009.

QUIM CASAS / BARCELONA

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Las dos principales razones por las que los miembros del jurado, entre ellos el actor Josep Maria Flotats, han decidido otorgar el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2015 al cineasta estadounidense Francis Ford Coppola, son la concepción wagneriana del arte total que atesora el director de El padrino y, sobre todo, su vocación de hacer cine de autor en el seno de la industria de Hollywood.

Conviene no olvidar que el primer galardón importante que consiguió Coppola es la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián de 1969 por Llueve sobre mi corazón, que no era el inicio de su carrera, formada a la sombra del productor Roger Corman, pero sí la primera piedra de toque de un director novedoso.

La segunda razón esgrimida por el jurado podría ser la misma que llevó a Woody Allen a obtener idéntico premio, entonces Príncipe de Asturias, en 2002. La diferencia entre este y Coppola es que el primero siempre se ha mantenido bien lejos de Hollywood, cómodo y protegido en su Nueva York natal, mientras que el segundo, cuatro años más joven que Allen, hizo todo lo contrario: él y los principales miembros de su generación (George Lucas, Steven Spielberg, Martin Scorsese, Brian De Palma) desafiaron a la industria de Hollywood desde dentro, en un intento arriesgadísimo de competir de tú a tú con los grandes estudios.

Spielberg (Amblin, DreamWorks) y Lucas (Lucasfilm Ltd., Industrial Light and Magic) salieron airosos. Coppola no tanto. Su idílico proyecto de crear no solo una productora, sino un auténtico estudio con sus departamentos y platós de rodaje, American Zoetrope Studios, a imagen y semejanza de los viejos MGM, Warner o Fox, duró muy poco. La primera gran producción que logró hacer, el musical Corazonada, de 1982, con la ciudad de Las Vegas recreada íntegramente en estudio, fue un considerable fracaso comercial.

Del cine comercial al independiente

La obra de Coppola, también guionista para otros (Patton, El gran Gatsby), productor (su hija Sofia Coppola se ha beneficiado de ello, pero también el primerizo Lucas de American Graffiti) y cultivador de vino en Napa Valley, ha recorrido diferentes estratos, del cine de gran aparato a la producción independiente. Detrás de títulos tan costosos como la saga de los Corleone o Drácula late la misma voluntad estilística e insorbornablemente personal que se encuentra en las muy indies Rebeldes y La ley de la calle. Pero es Apocalypse now, su mezcla de la locura de la guerra de Vietnam y la novela de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas, la película que mejor le define y, por extensión, define al cine norteamericano de los 70 junto al Taxi Driver de Scorsese.

Razones de peso para obtener este galardón. Coppola ha debido retirarse a sus cuarteles de invierno en los últimos años, rodando dramas en Argentina (Tetro) o filmes de terror B (Twixt), pero su legado sigue siendo inmenso.