Fiel al 'estilo Escobar'

Tres reglas -«prohibido jugar, prohibido correr y prohibido gritar»- para un internado veraniego de disciplina militar en el que «lo que no está prohibido es obligatorio» y donde a Zape, nada más llegar, le requisan el tirachinas. Es el escenario «siniestro y oscuro», constata el dibujante José Luis Reyes (Barcelona, 1968), con el que se ha enfrentado en la versión en cómic de Zipi y Zape y el club de la canica (Ediciones B).

«He intentado reproducir esa atmósfera con unos colores más fuertes y vivos [lilas, naranjas, marrones, verdes...], irreales, extraños y raros, en el sentido de que no imitan la realidad. El cómic es cómic y te permite esta libertad».

Aunque el guion (adaptado por Jesús de Cos) sí es fiel a la película, el resultado del cómic respira el estilo del legendario creador de los traviesos gemelos, el historietista Josep Escobar (1908-1994). «Ese era mi objetivo. De hecho ha sido como retomar sus personajes porque a finales de los 80 y en los 90 trabajé para Bruguera y Ediciones B

entintando sus trabajos, que llegaban a lápiz. No llegué a conocer a Escobar y eso es algo que lamento mucho», explica Reyes, que confiesa que de niño ya era fan de «todo lo que tuviera viñetas».

Como homenaje, el dibujante ha colocado guiños y cameos de otras creaciones de Escobar en las páginas del cómic. En una surge Petra (criada para todo), en otra el voraz Carpanta, y en otra, aunque en su más tierna infancia, Don Óptimo y Don Pésimo. «También me he basado mucho en el tipo de caricaturas que hacía Escobar cuando en algunos personajes, como el niño Filo o a los malos, Falconetti [director del internado que luce un negro parche en el ojo] y Heidi [uno de los guardias de aire nazi], he buscado el parecido con los actores que los encarnan en la película».

Profesor de la Escola Joso de cómic durante 15 años, ahora enfrascado en el proyecto de una novela gráfica, El carnaval del lobo, además de su aportación con el color, Reyes ha introducido novedades al estilo del tebeo clásico como «recursos narrativos extraños y diseños de página que no eran habituales en las historietas de Zipi y Zape. Como flechas que marcan recorridos para dar más sensación de juego».

Para recordar al maestro Escobar, Ediciones B ya lanzó antes del verano el volumen especial de la colección Super Humor. Lo mejor de Zipi y Zape. Con prólogo de su colega Francisco Ibáñez, dos historias largas, las mejores portadas y un recorrido desde la primera página, de 1948, hasta los 70. Pura historia del tebeo.