Dentro es fuera

En 1490, el romanoAldo Manuzioabre su imprenta en Venecia, y poco después la habrá convertido en una de las mejores de Europa editando los clásicos, asesorado a distancia porErasmo de Róterdam. En 1492,Joan Rosenbach,nacido en Heidelberg, llega a Barcelona procedente de Valencia y comienza a imprimir misales, gramáticas y pronto elLlibre de les donesde Francesc Eiximenis. Durante años trabajará en Barcelona pero también en Tarragona, Perpinyà, Alemania y Montserrat (donde funda la editorial activa más antigua del continente). ¿ Qué quiero decir? Que hace siglos que sabemos que el mundo es grande y las fronteras relativas, y que para hacer bien las cosas toca moverse. En la historia ya no de la humanidad sino de este nuestro rincón del mundo, la permeabilidad y la movilidad han sido mucho más fructíferas y presentes que la autarquía. Hoy la lección sigue vigente. Y no hablo solo de política.

El PEN Internacional, por ejemplo, ha anunciado que trasladará a la Unesco y la ONU la denuncia del PEN Català por las políticas estatales contra la lengua deEiximenisy deJoan Fuster.ComoRosenbachoManuzio,esto no se podría hacer sin interlocutores fuera. Son los de fuera los que nos ayudarán a ventilar y fundamentar lo que hacemos dentro, en todos los sentidos. Esto, aplicado al mundo de las letras, implica una pregunta simple pero insidiosa: ¿con quién de fuera hablan y contrastan y mantienen alianzas nuestros editores, críticos, escritores y gestores culturales? En conjunto pero sobre todo uno a uno. Repasen los nombres que les vengan a la mente y háganse la pregunta: ¿con quién de fuera habla? ¿A quién conoce? ¿Con quién colabora?

La dialéctica (y, pues, la perspectiva) no es hoy Catalunya-Catalunya, ni solo Catalunya-otras tierras que hablan igual o Catalunya-España: hoy la sístole-diástole es entre nuestra casa y el mundo. Y el mundo es muy grande y diverso, mucho más que la experiencia turística que algunos tienen de él.