NUEVO CÓMIC

Craig Thompson y las cacas de ballena

El autor de las magnas 'Blankets' y 'Habibi' vuelve con 'Almóndigas del espacio', una aventura galáctica para todas las edades con influencias de 'Star Wars', 'Tiburón' y 'Moby Dick'

El dibujante Craig Thompson, autor de 'Blankets' y 'Habibi', hace unos días en Barcelona, donde presentó su nuevo cómic 'Almóndigas del espacio'.

El dibujante Craig Thompson, autor de 'Blankets' y 'Habibi', hace unos días en Barcelona, donde presentó su nuevo cómic 'Almóndigas del espacio'. / periodico

ANNA ABELLA / BARCELONA

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Cacas de ballena. Cacas de ballena que arrasan, cual tsunami, asteroides habitados en una galaxia en plena crisis energética y medioambiental, donde la pequeña Violet, junto a dos insólitos amigos, intenta rescatar a su padre de las entrañas de un enorme cetáceo con diarrea. Es ‘Almóndigas del espacio’ (Astiberri), la aventura estelar para todos los públicos con la que Craig Thompson (Traverse city, Michigan, 1975) se aleja de sus dos monumentales y adultas obras maestras: la autobiográfica Blankets’, toda una revelación en 2004, donde desnudó su adolescencia en la América profunda, criado por unos padres convertidos al fundamentalismo cristiano, y ‘Habibi’, exótico crisol de traumas y religiones y redentora como las ‘Mil y una noches’.

"Como muchos de mis colegas de generación mis obras intentaban demostrar que los cómics podían ser serios y para adultos. Y los lectores infantiles quedaron al margen. Quería llenar ese hueco y crear personajes originales para ellos –aclara a su paso por Barcelona el ganador de varios premios Eisner y Harvey-. Antes de ‘Blankets’ ya hacía viñetas e ilustraciones infantiles para National Geographic y Nickelodeon, con un estilo más ‘cartoon’. Y mis primeros amores en el cómic fueron Carlitos Calvin y Hobbes”.

Para Thompson, autodidacta y cuyos padres solo le permitían leer la Biblia, “el dibujo” era “su forma de escapar de ese mundo”. “Me dejaban leer cómics porque creían que eran solo para niños. Tenía 9 años, y mi hermano 6, cuando empecé a trabajar en la granja 40 horas a la semana, veranos incluidos. Los cómics eran mi esperanza de ganarme la vida con ellos en lugar de con el duro trabajo en la granja”, admite, al tiempo que compara su familia con la de la Violet real, hija de unos amigos, que le inspiró ‘Almóndigas…’. “Ellos me hicieron creer que una familia podía no ser disfuncional”. 

“Ahora quería ballenas… y cuando un personaje es tragado por una ballena es inevitable pensar en ‘Moby Dick’, Pinocho y la historia bíblica de Jonás”, admite sobre guiños y referentes del nuevo cómic, donde por primera vez ha aparcado en blanco y negro para contar con el color de Dave Stewart. Pero hay más: “‘Star Wars’, ‘Alien’, ‘Los Cazafantasmas’, ‘Los Goonies’ y ‘Tiburón’, de Spielberg...”. 

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Volviendo a la caca de ballena, principal recurso en ese universo, le sirve a Thompson para “continuar” con la atención que ya puso en ‘Habibi’ por la ecología la lucha de clases y el consumismo. “Hoy es la preocupación global más urgente. La superpoblación, la crisis medioambiental ... los recursos limpios, como la energía solar, están siendo destruidos, y usamos energías sucias, como el petróleo. La globalización eleva los niveles de pobreza y las desigualdades”, alerta quien en ‘Almóndigas...’ hace una clara distinción entre “muy ricos, muy pobres y la mayoritaria clase trabajadora”. Y ahí otras influencias: “Los terremotos en Japón, el tsunami en Indonesia o el huracán Katrina en mi país, que fue una ironía, pues un país rico y capitalista como Estados Unidos no pudo socorrer y proveer a sus propios ciudadanos y mostró la división de clases que existe”.

Y vuelven sus fantasmas juveniles. “Nunca encontré un adulto a mi alrededor que hubiera ido a la universidad, todos eran granjeros, fontaneros, camioneros... Ahora soy miembro de la clase privilegiada que se gana la vida haciendo cómics, mis amigos son artistas e intelectuales, aunque quizá ninguno sea rico tienen el lujo de hacer lo que les interesa. Tengo inseguridades por mi falta de educación y un conflicto interno, me siento culpable de haber logrado esta vida. El álbum es mi forma de reconciliarme, de mostrar que hagas lo que hagas juegas un papel importante en la sociedad”.

El dibujante también vuelca partes de sí mismo en los dos amigos de Violet. “Me identifico más con Elliot, es neurótico, sobreintelectualiza las cosas, las analiza mucho, está obsesionado con visiones esotéricas... y Zaqueo es instinto, el deseo de pelear, la parte más visceral de mi personalidad”. ¿Y Violet? “Es quien me gustaría ser, la parte más comunicativa, cariñosa, afectiva. Es el pegamento que une a los otros dos y crea un héroe. Ellos son disfuncionales, como los hombres en general. Necesitan la energía femenina para colaborar, comunicarse y ser productivos”.

Thompson ya tiene en mente dos nuevos cómics, uno sobre la relación comercial entre Estados Unidos y China y una “historia erótica”. “Ya he hecho libros sobre sexualidad (en ‘Blankets’ la descubre, en ‘Habibi’ hay trauma sexual) pero no sobre sexo. Para mí, la sensualidad es muy importante, en la vida y en el arte”.