LA ESTRELLA EMERGENTE DE LA LITERATURA FANTÁSTICA TRIUNFA EN BARCELONA

Colas en Barcelona por Pat

Fans de Kvothe 8Una larga fila de lectores espera, ayer, ante la Casa del Llibre de paseo de Gràcia para conocer a Patrick Rothfuss.

Fans de Kvothe 8Una larga fila de lectores espera, ayer, ante la Casa del Llibre de paseo de Gràcia para conocer a Patrick Rothfuss.

ERNEST ALÓS
BARCELONA

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Patrick Rothfuss tiene a miles de lectores de todo el mundo en vilo esperando las mil páginas de Las puertas de piedra, la novela con la que completará la trilogía sobre  Kvothe, el bardo que hace magia con sus palabras, asesino de reyes,  perseguido por unos dioses arcaicas y amante de diosas fogosas que ya protagonizó El nombre del viento (2007) y El temor de un hombre sabio (2011). Pero a diferencia de los irascibles seguidores de George R. R. Martin -el escritor de quien Rothfuss (Madison, Wisconsin, 1973) lleva camino de heredar el trono de rey de la fantasía épica de calidad-, a él no le insultan para que se ponga a escribir como un poseso. Ayer y anteayer, en Barcelona, Rothfuss fue aclamado, literalmente, por varios centenares de lectores en dos actos públicos. Y ni uno le importunó preguntándole siquiera, una vez, cuándo llegará el próximo libro. «Por cada uno que me presiona, hay cien que me escriben y dicen que me entienden y que me tome mi tiempo», explica.

¿A qué se debe ese afecto y respeto (en directo, realmente, impresiona)? «¡Es todo mentira, no soy una buena persona! Soy muy cuidadoso mostrando respeto, yo el primero, a mis lectores. Llevo un blog que la mayoría de gente que está aquí ha leído: hago bromas, explico pequeñas historias, cosas que me pasan... comparto con ellos más cosas de mi vida de lo que es razonable. Y no me ven como a una máquina de hacer libros sino como a una persona», comenta.

Para ellos es Pat... Pero como el periodista no tiene  por qué ser una buena persona... ¿Pat, para cuándo el tercer libro, del que en el 2007 dijiste que ya tenías una primera versión escrita? «No hay fecha de publicación. Va bien, pero no rápido». Y es que el proceso de Rothfuss es meticuloso hasta la exasperación. «El primer borrador tuvo 400 revisiones globales. El segundo, menos, cerca de 200 versiones. El tercero está bien, pero aún no es perfecto. ¿Cuánto le falta? No sé. En este proceso corrijo errores y aparecen nuevos personajes. Para que se haga una idea: hace tres meses dediqué 20 horas consecutivas solo a marcar y revisar las 4.000 veces que salía la palabra that en el tercer libro y decidir cuáles son prescindibles. Aunque nadie vea ese trabajo».

Aunque quizá sí se vea, porque el nivel de elaboración literaria de sus libros rebasa ampliamente el habitual en el género fantástico. «Tengo ciertos prejuicios cuando a algo lo califican de literario. Es injusto, igual que cuando califican lo fantástico de tontería», replica. Lo dejamos en que se toma muy en serio la literatura fantástica.

Y antes del tercer libro...

Hace dos años, en un encuentro en Wisconsin, nos explicó que planeaba una novela corta situada en una de las regiones de su mundo imaginario, Modeg, que aún no ha explorado. «¡Sí, lo recuerda!  La tengo acabada (susurra). Bueno, le falta uno o dos meses de trabajo. Es corta para mí, pero tiene la medida habitual de una novela. Puedo publicarla antes que el tercer libro para hacer más fácil la espera de mis lectores, es algo que me ha resultado más sencillo de escribir pero de lo que me siento orgulloso. Y lo voy a hacer. Pronto».

Y más anuncios. Está en marcha un proyecto para convertir su trilogía en serie de televisión, aunque las informaciones que se filtraron el pasado julio no son precisas. «Tiene los derechos New Regency, una productora vinculada a 20th Century Fox. Y se está escribiendo el guion del piloto. Así que se trata de un proyecto real pero que aún está dando los primeros pasos». Y también una segunda parte de su siniestro libro ilustrado no para niños titulado Las aventuras de la princesa y el señor Fu, que estos días ha usado en sus presentaciones para explicar su forma de narrar. «Me gusta jugar con las expectativas de los lectores. La gente espera un cuento de niños, o una fantasía épica tradicional en mis novelas, pero no lo son».

Puestos a huir de los tópicos de la fantasía tolkieniana, Rothfuss apuesta por personajes femeninos fuertes. Y en su segundo libro, hay sexo, lo que ha molestado a algunos padres en EEUU. «Si les molesta que haya sexo pero no que mate a 30 personajes, entonces tienen un problema. Punto».