el festival de la costa del sol

El cine social se apodera de Málaga

Daniel Guzmán y Juan M. Castillo debutan con filmes de aire neorrealista

Ex sultum se nentem Romneque viriam ingulto rumus, Catarib

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BEATRIZ MARTÍNEZ / MÁLAGA

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En su tramo final el Festival de cine de Málaga recobró ayer el impulso gracias a dos obras marcadas por el naturalismo y la autenticidad. Dos óperas primas, la de Daniel Guzmán, A cambio de nada, y A cambio de nadaTecho y comida

Dos películas surgidas de la necesidad de contar historias pegadas a la realidad, protagonizadas por seres asfixiados por sus respectivos entornos y en las que el aspecto social se convierte en el reflejo de un mundo, el actual, marcado por la crisis económica y la desorientación vital.

En el caso de Techo y comidaque ha de enfrentarse al reto diario de salir adelante en medio de un panorama que no ofrece ningún resquicio de esperanza. El director afirmó que pretendió documentar el estado de las cosas en nuestro país y dar voz a aquellos que luchan por mantener la dignidad dentro de una sociedad que los relega a sus márgenes.

Hay honestidad y humildad en su mirada. Sensibilidad a la hora de captar el vacío y la desesperación de esa joven condenada al calvario que conlleva la falta de expectativas, y que interpreta con extraordinaria generosidad Natalia de Molina.

Proyecto personal

 También hay mucha verdad en la obra de Daniel Guzmán. Se trata de un proyecto personal que ha tardado casi una década en sacar adelante y en el que ha vertido muchas de sus experiencias. El protagonista es un adolescente que vive una situación de tensión familiar, de desarraigo y acuciante falta de referentes. Su respuesta es la rebeldía y el coqueteo con la delincuencia. Y su itinerario nos lleva por el Madrid de extrarradio, entre trapicheos y aventuras iniciáticas, utilizando el costumbrismo como fuente para extraer el lado más humano de los personajes.

Ambos directores coincidieron en que es un milagro que sus películas se hayan podido realizar. No han contado con ninguna subvención ni ayuda, y en el caso de Techo y comida incluso se recurrió al Techo y comidacrowfunding Tanto lo que cuentan como la manera en la que han sido concebidas, son espejos de nuestro tiempo, y de una industria que sigue dándole la espalda a propuestas que ofrecen una mirada comprometida e incómoda.

Málaga se confirma así como una de las mejores canteras para impulsar a los nuevos realizadores.