LOS ESTRENOS DE CINE DE LA SEMANA

"El cine debería ser una palabra gorda"

Sergi López y Eduard Fernández interpretan a dos policías en 'El Niño'

Sergi López y Eduard Fernández interpretan a dos policías en 'El Niño' «El cine debería ser una palabra gorda»_MEDIA_1

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OLGA PEREDA
MADRID

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Sergi López (Vilanova i la Geltrú, 1965) y Eduard Fernández (Barcelona, 1964) se enfundan el traje de la policía nacional en El Niño, un thriller sobre el narcotráfico en aguas del Estrecho filmado con nervio por el director de la taquillera Celda 211, Daniel Monzón. Ha costado seis millones de euros, todo un órdago para el momento low cost que vive actualmente la industria.

-Sergi López: En España hay un problema de autoestima. ¿Por qué no vamos a hacer películas de acción? También las sabemos hacer de autor y de lo que haga falta. Gente con talento hay. Creérnoslo nos cuesta más.

-Eduard Fernández: Es natural y lógico que se puedan hacer filmes de este calibre.

-S.L.: Los artistas, faranduleros y saltimbanquis como nosotros estamos acostumbrados y sabemos que cuando hay hambre mueves más el culo, pero el low cost es arma de doble filo. Hay gente que dice: «Mira, como podéis hacer una peli con dos actores y una silla, pues…».

-E.F.: Yo rodé una escena con Juan Cavestany en Gente en sitios [cuya produción ascendió a cero euros]. Y le dije: «Tío, no puedes hacerlo más. Has montado una historia que no ha costado un duro y ha quedado bien».

-S. L.: Puede sonar la flauta una vez, pero no más. El cine debería ser una palabra gorda.

-Hablemos de El Niño. ¿Qué hacen dos catalanes con el uniforme de la policía nacional?

-S. L.: Detener a gente, que hay muchos a los que detener. Tú, Eduard, en otras pelis has hecho de guardia civil, maricón. Aunque yo hasta he tenido papeles de fascista.

-E. F.: Como actor, te pones el traje y te olvidas. Pero te vas a tomar algo a un bar y te das cuenta de que según como vayas vestido así te atiende el camarero. Si vas de poli nacional el café te lo traen enseguida.

-Están ustedes en la cincuentena. [Fernández acaba de cumplirlos y López tiene 48]. ¿Cómo llevan compartir planos con gente tan joven como el debutante Jesús Castro, al que toda la prensa destaca como una de las nuevas promesas del cine?

-E. F.: Pues con naturalidad. En el cine y en la vida en general. Tenemos hijos.

-S. L.: Claro. Ahora estoy rodando un filme en Francia y yo soy el mayor del equipo. Antes era el jovencito.

-E. F.: Y eso parece que pasa de un día para otro. Lo bueno es que ahora tenemos menos presión que cuando empezamos. La energía me la reservo para mis cosas.

-S. L.: La dosificas.  Pero hace ilusión que salga gente nueva.

-E. F.: Sí, pero calma, ¿eh? Que esto es un oficio. Se necesita mucha dedicación para mantenerte en este trabajo. Oye, Lluís Pascual siempre me dice que parece que en España un actor es uno que tiene gracia. Pero me comenta que en Francia un actor es un actor.

-S. L.: Sí, el cine y la cultura son un sector importante en Francia. También desde el punto de vista industrial. Hay un respeto por el tipo que te está contando historias.

-¿Se sienten queridos y reconocidos por la calle?

-S. L.: A mí lo que me mosquea mucho es la gente que te grita: «Oye tú, una foto». Y no saben si eres futbolista o torero. Te dicen que te conocen, pero no saben muy bien de qué. Y te lo preguntan. Pues, hombre, currátelo tú.

-E. F.: Yo soy relativamente poco conocido para la carrera que tengo. Hay gente que se acerca con cariño. Es un gustazo. Y luego hay otros que saben que eres actor, pero te preguntan qué películas has hecho. Y yo les digo que muchas. Y empiezo a decírselas. Y no han visto ninguna. Pues, hombre, déjeme en paz.

SEnDEl Niño muestra el lado corrupto del sistema. ¿Qué sentimiento le produce oír la palabra corrupción, especialmente estos días, con el caso Pujol?

-S. L.: Lo que está bien es que los ciudadanos tengamos sentimiento de estafa. Lo terrible es decir: «Bueno, ya, pero si yo hubiera podido también lo habría hecho». La cultura del pelotazo. En este país nuestro de España, digamos (risas), lo que más se ha denigrado es la educación. Esto debe de sonar muy judeocristiano, pero es la idea de que la conciencia es algo que tienes que llevar contigo.

-E. F.: Ya, esa gente que dice que si ellos pudieran también lo harían. A ver, señores, ustedes no lo están haciendo. No lo justifiquen. Pujol era el pare de Catalunya. Y lo que ha pasado es una vergüenza absoluta. Él, su familia y la parte de CiU que debe haber detrás. Maragall dijo lo del 3% y al cabo de una semana pidió perdón. Por algo debió de pedir perdón. En fin. Da la sensación de que si metes la mano se te pudre.

-S. L.: Ladrones ha habido siempre, pero hostia, cuando roban dinero público...

-E. F.: Ahora entiendo los tics de Pujol. (Imita los gestos del expresident provocando carcajadas de López). Las cuentas corrientes le fastidiaban las cervicales.

-Pero a veces la gente se moviliza. Miren qué ha pasado estos días en la Barceloneta.

-S. L.: ¿Qué ha pasado? Llevo dos meses fuera y no sé nada. [Fernández se lo explica y continúa en su respuesta]. Hombre, es que parece una imagen muy bonita de Barcelona, la tienda más bonita del mundo. Cuando tú vendes eso tienes un problema. El turismo es un tío que viene aquí y que no aporta nada. Bueno, se deja dinero, pero no trae ideas ni proyectos. Se emborracha y se va. Y tú, pasando el mocho.

-E. F.: Yo, cuando era joven, la policía me paraba siempre y me preguntaban cuántas veces había estado detenido. Supongo que por la pinta que llevaba. Pues, coño, esa gente que está en bolas comprando en una tienda que les detengan, que para algo pagamos a la policía. A mí me arrestarían si hiciera lo que ellos.

-S. L.: Ahora mismo hay un pensamiento único de que las cosas se valoran en función de lo que generan económicamente.

-E. F.: Ese es el problema. El capitalismo salvaje. Vendo una cosa y cuanto más cara, mejor. Qué salvajada. La gente se ha hecho rica robando legalmente o estafando legalmente. Cosas que te cuestan uno y las vendes por 50. No, tronco. Si te cuesta uno, véndelo por dos o por tres.

-Regresemos al cine. ¿Para qué sirve un Goya?

-S. L.: Eduard, tú, tienes dos. Préstame uno. Alquílamelo barato, coño.

-Usted no tiene un Goya, pero sí un César francés.

-S. L.: Es de alquiler (risas).

-E. F.: Te lo cambio por uno de mis Goya.

-S. L.: Sí, como las vírgenes de mi abuela. Las tenías un día en casa y luego las pasabas a otro vecino.