El cante libre de Estrella Morente inunda Girona

La profunda huella que le ha dejado Enrique Morente, en vida y tras su muerte, hace que la voz de Estrella suene cada vez más madura y libre. Decidió que también debía «caminar en el alambre sin red, como él». Y recuerda que «el primer cantaor cubista de la historia» siempre decía que adoraba Catalunya porque «aquí se sentía libre». «Él, que siempre fue un trabajador de la libertad», subraya. De ahí que el concierto que tiene esta noche en Girona, invitada por el cicloCatalunya Arte Flamenco, le remueva «tantísimos sentimientos y recuerdos».

«Mi cumpleaños, el 14 de agosto, lo pasé cantando en las ruinas de Empúries. Fue una noche maravillosa, con un final irrepetible: de forma improvisada me lancé al público, que, muy respetuoso, me fue siguiendo mientras cantaba camino a los camerinos, en medio del campo y con una luna que parecía que la habían encendido a propósito antes de salir al escenario. Fue un auténtico regalo, ya que era una fecha muy especial y me sentía muy triste. Pero percibí el calor y cariño de toda esta gente que mi padre tanto adoraba».

«Catalunya era una parte de él y estaba presente en su música. Le fascinaban su gastronomía, sus acentos. Vuestro hablar tiene algo que le gustaba muchísimo, como a mí, que me encantaría cantar algún día en catalán». Y le brillan los ojos cuando explica que «en Barcelona hay una pintada con la cara de mi padre y una frase que dice 'Enrique vive'».

La artista granadina prepara muy a conciencia cada recital, según la ciudad que visita. «Porque cada sitio tiene sus colores y es diferente. Para mí es casi una necesidad adaptar el repertorio allá donde voy: en Chile recordé a Violeta Parra; en Buenos Aires, a Carlos Gardel y Susana Grimaldi; en Brasil canté una bossa nova con cinco músicos nativos...». Morente asegura que, cada vez que llega a un lugar, recoge «el fruto» que su padre «ha sembrado». Y que el recital de hoy en Girona «es tan importante» que su «entrega será única».

CHICA DE ANUNCIO / La cantaora revela que llegó a vivir una temporada en Barcelona, cuando tuvo lugar un seminario en Begur (Costa Brava) que impartía el gran tocaor Sabicas, en el que participaron su padre, Manolo Sanlúcar, Mayte Martín y la bailaora Matilde del Corral -«con la que tuve oportunidad de dar clases», explica-. «Fue una experiencia imborrable y estableció ya desde niña un eterno lazo de unión con Catalunya».

De Estrella Morente se han escrito y descrito muchas cosas. Pero quizás su mejor definición es que «canta con todo el cuerpo». La hija de la bailaora Aurora Carbonell sostiene que «a la hora de cantar has de tener en cuenta todo lo que tienes dentro, que cuidar mucho lo que se cuece en tu interior, para que cuando salga sepa a gloria. Porque con el cante no hay engaño: hay una naturalidad que llega directa al oyente y en la que se detectan al momento las emociones y las intenciones».

Su poderío vocal ya ha sido recogido en el cine (Volver,de Almodóvar, yChico y Rita,de Trueba y Mariscal). Y su última aparición en la pantalla es un anuncio en el que dialoga con el psiquiatra Luis Rojas Marcos. «La conversación fue maravillosa. Parecía que me conocía de toda la vida. Y precisamente el objetivo era sacar al otro lo que tiene dentro».

Lo que a Estrella le salió fue el fandango que cantaba su padre: «Porque morir es natural/ yo no le temo a la muerte».