CRÓNICA DE MÚSICA POP

Bomba Estéreo, una fiesta para entrar en calor

La actuación del grupo colombiano en Razzmatazz fue una explosiva inauguración de la nueva temporada de conciertos

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zentauroepp39875068 madrid spain august 30 li saumet of bomba estereo perfor170901114203 / ÁNGEL MANZANO / REDFERNS

Juan Manuel Freire / Barcelona

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Con la 'rentrée' se cuelan en la vida muchos elementos no deseados: las clases para algunos, trabajos no agradables para otros, la amenaza de una mala rutina en muchos casos. Pero la cercanía del otoño supone también el regreso de los conciertos en sala, íntimos y cercanos, después del reinado de los festivales durante la canícula.

Es algo digno de celebrar. Y lo de Bomba Estéreo el jueves en Razzmatazz solo puede calificarse, desde luego, como celebración. El grupo colombiano lleva ya más de una década explorando y depurando una combinación de sonidos tradicionales autóctonos (como cumbia y champeta) con el pop, el house o el hip hop, mezcla explosiva que en directo no defrauda.

Capa de lentejuelas

Quince minutos antes del arranque, la sala todavía exhibía algunos intrigantes claros, pero llegado el grupo al escenario, había menos rincones donde tener espacio personal y el calor empezaba a hacer estragos. El dúo, quinteto en escena, arrancó sereno: folktrónica 'Siembra', inicio también del reciente disco 'Ayo', con Liliana Saumet (cantante) paseando más que bailando sobre el escenario, ataviada con visera de capitana y capa de lentejuelas multicolor.

Ya al segundo tema, adiós capa, hola contoneos: 'Química (Dance with me)' abre una sección del concierto puramente bailable que, en realidad, no acabará hasta el final. "Ahora aquí, baby dance with me", ordena Liliana sin que nadie piense ni de lejos en desacato.

Ingeniería sónica

El tópico de la máquina-bien-engrasada se creó para hablar de Bomba Estéreo. Durante toda la actuación, sus músicos, bajo la supervisión de Simón Mejía (bajo, teclados), unen hábilmente instrumentos orgánicos y sintéticos, además de algunos sonidos disparados en vivo, sin que la ingeniería sónica escuchada en los surcos se resquebraje.

Hay alguna referencia al desamor (excelente 'Duele'), pero el espíritu general es de positividad: unión en el baile contra las fuerzas aniquiladoras de cualquier forma de discriminación. "No importa de dónde somos", dice Liliana previamente a 'Internacionales', para la que salta al escenario un dúo de baile. 'Soy yo', por otro lado, trata, según nos recuerda, sobre "aceptarse a uno mismo". Antes de 'Somos dos' comparte su alegría por estar en este momento en este lugar, compartiendo toda esta energía. 

Doble 'nocaut' para el final: la EDM 'Fiesta' y la cumbia-reggae 'Fuego', dos canciones de título casi cómicamente explicativo.