MIRADA DE SOCIÓLOGO

Antoni Muntadas vivisecciona Oriente

El artista barcelonés lleva a Pekín la exposición 'Asian Protocols', donde no evita las heridas históricas, aún abiertas, entre China, Japón y Corea del Sur

El artista catalán Antoni Muntadas, presentando en Pekín su exposición 'Asian Protocols'.

El artista catalán Antoni Muntadas, presentando en Pekín su exposición 'Asian Protocols'. / periodico

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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Seis meses viajando por Latinoamérica en los años 70 le sirvieron a un joven Antoni Muntadas (Barcelona, 1942) para comprobar los riesgos de la distancia, derribar clichés y descubrir que un ecuatoriano y un argentino no son iguales aunque compartan continente. Asia es hoy para muchos la Latinoamérica del pasado siglo: un magma confuso de países explicado como un todo y desatendiendo las singularidades de esas gentes con ojos rasgados y lenguas extrañas. “En España se habla de los chinos y pueden ser chinos, coreanos o filipinos. No existe ninguna profundidad de conocimiento”, señala. Defiende que el artista debe ser testigo del tiempo en el que vive. Y el tiempo en que vivimos exige mirar a Oriente.

DISTANCIA DEL FORASTERO

Muntadas prepara en Pekín el desembarco de su exposición 'Asian Protocols' (Protocolos Asiáticos) después de su paso por Seúl en el 2014 y Tokyo en el 2016. El artista catalán de la imagen y la palabra utiliza videoproyecciones, mapas, pizarras, instalaciones, libros de texto y mesas redondas para profundizar en las similitudes, diferencias y conflictos entre China, Corea del Sur y Japón. Lo hace desde la distancia del forastero y sin ánimo de adoctrinar ni juzgar, insiste en una cafetería del distrito de Dashanzi, donde viejas fábricas aún con pintadas maoístas se han reciclado en galerías de arte. “Yo me declaro un 'outsider', alguien que viene de fuera y no habla la lengua, que escucha para crear debates y preguntas que un artista debe de plantear”, añade.

Consiste en un ejercicio multidisciplinar, de proximidad e investigación similar al de un sociólogo. Las entrevistas sobre pornografía, adolescencia, familia o cultura manga perfilan las diferentes idiosincrasias y dinamitan el habitual acercamiento en bloque. La obra nace en el estudio anterior en Alemania de los protocolos, ese conjunto de reglas y acuerdos que las sociedades elaboran para organizarse, y que Muntadas ha aplicado ahora a Asia.

HERIDAS HISTÓRICAS

'Asian Protocols' explora la zona más erógena del planeta. En el Pacífico se han citado Estados Unidos y China para discutirse la hegemonía global y siguen abiertas las heridas regionales históricas. Las islas Senkaku/Diaoyu que reclaman China y Japón o las Takeshima/Dokdo que enfrentan a Seúl y Tokyo, las cientos de miles de coreanas esclavizadas para solaz sexual de las tropas niponas o la masacre de civiles en Nanjing son temas cotidianos en la prensa. 

La exposición bascula entre lo prosaico y lo grueso. El artista barcelonés y residente en Nueva York desde hace cuatro décadas planea introducir mensajes profundos e irónicos en las galletas de la suerte, nacidas en San Francisco y famosas en los restaurantes chinos en todo el mundo pero desconocidas aquí. También alude a aspectos chocantes: por qué China es el epicentro de las copias o Japón prohíbe fumar en la calle cuando lo permite en los restaurantes. “Los coreanos son como los italianos, van muy rápido, son informales y muy divertidos. Los japoneses son los alemanes de Asia, duros de pelar, no les cambias ni una coma. Ya veremos cómo son los chinos”, añade. 

MATANZA DE NANJING

En Japón mostró libros escolares abiertos en el capítulo de la matanza de Nanjing que descubrían sus opuestas versiones y en Pekín pretende comparar los tres doblajes de la película 'Pearl Harbor'. También planea mostrar cómo los manuales chinos han presentado a Corea del Sur y Japón desde el maoísmo hasta hoy. El resentimiento hacia Japón es, paradójicamente, bastante reciente y mayor que en las décadas posteriores a la guerra.

Las mesas redondas se presumen complejas. En Japón varían las sensibilidades hacia las tropelías de su imperialismo del siglo pasado y los surcoreanos muestran diverso grado de comprensión hacia sus fragorosos vecinos del norte, pero el espectro ideológico en China es exiguo. 

Asuntos como las reclamaciones territoriales o la interpretación histórica solo permiten la versión oficial. La traductora limó cualquier aspereza de la conferencia de Muntadas del pasado fin de semana ante una audiencia de jóvenes artistas y estudiantes. “Ya veremos si nos presentan problemas... Formaremos un grupo que defienda el proyecto. No me autocensuro pero hay cuestiones que no quiero tocar. Mi trabajo no es polemicista, otro asunto es que acabe causando polémica”, señala.